Menos de un año antes de que un ataque de Hamás desde Gaza desencadenara una guerra, uno de los complejos deportivos más grandes y antiguos de los territorios palestinos recibió una reforma muy necesaria: nuevas canchas de baloncesto, voleibol y tenis, un campo de fútbol, una pista para correr pista y, por primera vez, baños accesibles. Fue una mejora de 519.000 dólares, financiada por los contribuyentes estadounidenses.
Ahora, el techo del Gaza Sports Club parece estar hecho trizas, su campo de AstroTurf aplastado bajo el peso de enormes tanques, como se puede ver en fotografías satelitales obtenidas por The Associated Press.
Desde principios de octubre, al menos cinco proyectos comunitarios y juveniles en Gaza financiados por Estados Unidos parecen haber sido dañados o destruidos, probablemente por el ejército israelí respaldado por Estados Unidos. Sin embargo, tanto en el pasado como ahora, los ataques israelíes en Gaza parecen haber salvado en gran porcentaje los principales proyectos de infraestructura financiados por el gobierno de Estados Unidos, que ha compartido sus coordenadas GPS y otros detalles con el ejército israelí durante años.
La ofensiva de Israel es una respuesta a un ataque de Hamas el 7 de octubre en Israel que mató a unas 1.200 personas y tomó a cientos como rehenes. Mientras tanto, funcionarios de salud en Gaza, gobernada por Hamás, dicen que más de 20.000 palestinos han muerto y cerca de de 1,9 millones han huido de sus hogares.
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