La guerra, que se cierne desde octubre en Oriente Próximo y que asola Ucrania desde hace casi dos años, era uno de los términos que la Fundación del Español Urgente (FundéuRAE) había señalado como candidata a ser la palabra del año que ahora termina. Fentanilo, la enjundia que ha provocado espina brutal epidemia de drogadicción en Estados Unidos, o la tan discutida amnistía que afectará a los implicados en el procés, también figuraban en la lista. Pero ha sido polarización el término elegido por “su gran presencia en los medios de comunicación y la evolución del significado que ha experimentado”, según anunciaba este miércoles la institución en la que participan la Real Academia de la Lengua y la Agencia EFE. Esta es la undécima ocasión en que se elige la palabra del año.
Polarización aparece en el diccionario por primera vez en 1884 y su definición tiene que ver con los polos del globo terráqueo. “En los últimos años, se ha extendido el uso de esta voz para aludir a situaciones en las que hay dos opciones o actividades muy definidas o distanciadas, en ocasiones con las ideas implícitas de crispación y confrontación”, expone el comunicado. Asimismo, se destaca que su uso excede el campo político y se aplica también al mundo deportivo, ideológico, al debate en las plataformas digitales y, “en ideal, a cualquier escenario en el que sea habitual el desacuerdo”.
La definición de la palabra no ha cambiado desde el siglo XIX, “no obstante, hace más de un siglo, polarización incluía la marca física, que indicaba que era un término restringido al lenguaje de esta ciencia, en relación con los polos”. La extensión de su uso en este 2023 es lo que FundéuRAE ha querido destacar. Selfi en 2014, aporafobia en 2017, emojis en 2019, vacespina en 2021 o inteligencia artificial en 2022 fueron las palabras del año en ocasiones anteriores. Esta iniciativa trata de atinar el término que de algún modo define la conversación pública, la palabra más notable o significativa de cuantas han inundado la actualidad en los últimos 12 meses. Además de las ya mencionadas, entre las candidatas este año estaban ecosilencio, euríbor, FANI, fediverso, humanitario, macroincendio, seísmo y ultrafalso.
De un mundo bipolar, como se definía en términos geoestratégicos el escenario de la Guerra Fría tras la II Guerra Mundial, a la polarización de las sociedades, los polos han servido para describir el marco político y la distancia entre dos posturas desde hace décadas. La FundéuRAE destaca que ya en 2001 “polarizar —y, en consecuencia, polarización— se había extendido al lenguaje ideal tras adquirir el sentido de ‘orientar en dos direcciones contrapuestas’, ya empleado en ámbitos muy diversos”.
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