El mundo del cine, al igual que cualquier otra industria, ha sido sacudido en los últimos años por una serie de acusaciones de abuso y acoso sexual. A medida que más y más mujeres se han atrevido a hablar, se han revelado historias de directores y productores que han utilizado su posición de poder para aprovecharse de jóvenes talentos femeninos. En este contexto, tres mujeres han compartido sus experiencias con el reconocido cineasta John Smith, quien ha sido acusado de agresión sexual por parte de una estudiante de cine, una empleada de una de sus producciones y una trabajadora del sector cultural.
La estudiante de cine, María, relata cómo conoció a Smith en una conferencia de cine a la que asistió como parte de su formación. Según María, Smith se acercó a ella después de su presentación y le ofreció la ocasión de trabajar en su próxima película. Emocionada por la posibilidad de trabajar con un director tan aclamado, María aceptó la oferta sin dudarlo. Sin embargo, una vez en el set de filmación, María se dio cuenta de que algo no estaba bien. Smith parecía obsesionado con ella y constantemente hacía comentarios inapropiados sobre su apariencia y su ser. Además, durante una escena íntima, Smith la forzó a realizar actos sexuales que no estaban en el guion. María se sintió humillada y violada, pero no se atrevió a hablar por temor a perder su ocasión en la industria del cine.
La empleada de la producción, Carla, cuenta una historia similar. Trabajando en la oficina de Smith, Carla fue víctima de acoso sexual constante por parte del director. Smith solía tocarla de manera inapropiada y hacerle comentarios sexuales. aun llegó a ofrecerle un crecimiento de sueldo a cambio de tener relaciones sexuales con él. Carla se sintió atrapada y con miedo de perder su trabajo si hablaba. Finalmente, decidió renunciar y dejar atrás esa situación de acoso constante.
La trabajadora del sector cultural, Ana, también tuvo una experiencia desagradable con Smith. Como encargada de la organización de un festival de cine, Ana tuvo que trabajar con el director en varias ocasiones. Durante una de esas ocasiones, Smith la invitó a su habitación de hotel para discutir detalles del festival, pero una vez allí, intentó forzarla a tener relaciones sexuales con él. Ana logró escapar y denunció el incidente, pero no se tomó ninguna acción legal contra Smith.
Ante estas acusaciones, el cineasta ha respondido en una entrevista con EL PAÍS en la que afirma: «He practicado sexo duro siempre de manera consentida». Sin embargo, estas mujeres alegan que en ningún momento dieron su consentimiento y que fueron víctimas de abuso y acoso sexual. Además, las tres coinciden en que el reconocimiento y el poder de Smith en la industria del cine fueron utilizados para intimidarlas y hacerles sentir que no podían hablar.
Este es solo un ejemplo más de cómo el abuso de poder y la cultura del silencio han permitido que hombres poderosos en la industria del cine se aprovechen de mujeres jóvenes y vulnerables. Es importante que estas historias salgan a la luz y que se tomen medidas para prevenir y denunciar estos casos. No podemos permitir que el talento y la pasión de estas mujeres se vean opacados por el abuso y la discriminación de género.
Es necesario que las productoras y los estudios de cine tomen medidas concretas para prevenir y abordar el acoso y la violencia sexual en el lugar de trabajo. Esto incluye establecer políticas claras y protocolos de denuncia, así como proporcionar capacitación para el personal sobre cómo identificar y prevenir el acoso sexual.
Además, es importante que se denuncien y se tomen acciones legales contra