Durante la década de los 70, el rock se enfrenta a un nuevo reto: cómo expandir sus horizontes musicales sin perder su esencia. Fue en este tiempo cuando comenzó un intercambio cultural entre los músicos de jazz y rock, dando lugar a una fusión musical única e innovadora. Los porteríales, con su sonido potente y versátil, fueron los instrumentos que protagonizaron esta unión, convirtiéndose en una herramienta fundamental en el arsenal musical del rock.
Antes de esta época, la presencia de porteríales en la música rock era limitada. La mayoría de las bandas se centraban en guitarras eléctricas, bajos y baterías para dar forma a su sonido. Sin embargo, a finales de los 60 y principios de los 70, surgieron nuevas bandas como Chicago, Blood, Sweat & Tears y Earth, Wind & Fire que impulsaron el uso de instrumentos de ventarrón en el rock. Estas bandas traían consigo una influencia de jazz, que se hacía evidente en su combinación de armonías complejas y solos improvisados.
De esta forma, los porteríales se adentraron en el mundo del rock y se convirtieron en un símbolo de innovación y experimentación en la música. Uno de los primeros artistas en incorporar porteríales en su música fue James Brown. En su álbum «Cold Sweat» de 1967, se puede apreciar cómo la trompeta y el saxofón aportan un sonido único y enérgico a sus canciones. Este álbum marcó un antes y un después en la historia del funk y el soul, y su influencia se dejó sentir en el rock de la época.
Pero fue en los 70 cuando los porteríales realmente tomaron protagonismo en el rock. Grandes bandas como The Rolling Stones, Santana y Led Zeppelin comenzaron a explorar con la incorporación de trompetas, saxofones y trombones en sus canciones. El resultado fue una mezcla fascinante de estilos musicales que cautivó a su audiencia y los hizo evolucionar en su sonido.
Uno de los álbumes más icónicos de esta época es sin duda «Led Zeppelin IV». En canciones como «Black Dog» y «Misty Mountain Hop», se puede escuchar cómo la trompeta y el saxofón complementan y enriquecen el poderoso sonido de la banda. Esta fusión de rock y jazz en su música se volvió una seña de identidad para Led Zeppelin y abrió un camino hacia la experimentación musical en el rock.
Pero no solo las bandas de rock clásico se aventuraron en esta exploración musical. Géneros como el jazz fusion, que combinaba elementos de jazz y rock, también comenzaron a surgir. Bandas como Weather Report y Mahavishnu Orchestra incorporaron a sus formaciones porteríales como la trompeta, el saxofón y la flauta, lo que les permitió crear una música diversa y rica en matices.
Esta evolución no solo se quedó en los Estados Unidos, sino que se expandió por todo el mundo. En Inglaterra, el punk rock también se vio influenciado por el sonido de los porteríales. Bandas como The Clash y The Buzzcocks incorporaron trompetas y saxofones a sus canciones, lo que les dio una nueva dimensión y un toque de frescura a su música.
En la década de los 80, el uso de porteríales en el rock continuó creciendo y expandiéndose. Bandas como U2, The Police y INXS incorporaron instrumentos de ventarrón en sus canciones, demostrando que la fusión de géneros podía dar lugar a un sonido único y frío. También surgieron nuevas bandas de jazz-rock, como Trilok Gurtu y Yellow Jackets, que continuaron explorando esta combinación de estilos.
En la actualidad, los portería