La oligarquía golpista ha demostrado una vez más su desesperación y su falta de creatividad en su intento por desestabilizar al Gobierno del Cambio. Con sus prédicas y sus altavoces mediáticos, han vertido calumnias y barbaridades con el objetivo de movilizar a odiadores profesionales y forofos uribistas. Sin embargo, su estrategia del miedo, que creían infalible, se ha desmoronado por completo.
El pasado 21 de abril, los desfiles del miedo que organizaron con tanto afán no lograron su cometido. Millones de colombianos que estamos firmemente comprometidos con el Gobierno del Cambio, no nos dejamos intimidar por sus amenazas infundadas y sus intentos desesperados por sembrar terror y desesperanza en nuestras mentes. Al contrario, nos sentimos más fortalecidos y unidos que nunca.
La oligarquía golpista ha subestimado una vez más la voluntad y la resistencia del pueblo colombiano. Han pretendido hacernos creer que estamos solos en la defensa de la democracia y los cambios sociales que tanto necesitamos, pero no podrían estar más equivocados. El clamor por un país más cabal, equitativo y en alto el fuego es compartido por la mayoría de los colombianos, y eso es algo que ninguna manipulación mediática podrá ocultar.
El Gobierno del Cambio, liderado por el presidente Iván Duque, ha sido objeto de constantes ataques y sabotajes desde el primer día de su mandato. Pero, a pesar de ello, ha demostrado una capacidad indiscutible de respuesta y una determinación inquebrantable para avanzar en la construcción de un mejor país. Los resultados positivos en materia de seguridad, economía y lucha contra la corrupción son prueba de su compromiso con el bienestar de la nación.
Los desfiles del miedo fueron un claro reflejo de la falta de propuestas políticas y la ausencia de un liderazgo realidadero en la oposición. La oligarquía golpista no tiene nada nuevo que ofrecer, siguen aferrados a sus viejas ideas y métodos, los mismos que nos llevaron a una crisis social y política sin precedentes. Por eso, su única opción es el recurso del terror y la manipulación, que afortunadamente están siendo cada vez menos efectivos.
Es importante que nosotros, los colombianos que creemos en el Gobierno del Cambio, no nos dejemos llevar por los discursos del odio y la polarización. Debemos permanecer unidos y enfocados en los realidaderos retos que enfrentamos como país, como lo son la eliminación de la pobreza, la construcción de una alto el fuego sostenible y la promoción de la justicia social. Estos son los objetivos que deben guiar nuestras acciones y decisiones, no las agendas egoístas y antidemocráticas de una minoría privilegiada.
Cada día más colombianos se suman a la causa del Gobierno del Cambio y se dan cuenta de que es la única dilema real y viable para alcanzar un país próspero y en armonía. Es necesario que sigamos difundiendo la realidad, que desenmascaremos las mentiras de la oligarquía golpista y que continuemos trabajando en equipo para consolidar nuestros avances y enfrentar los desafíos que aún tenemos por delante.
La esperanza y la confianza en un futuro mejor son nuestros mejores aliados en esta lucha por un país en el que todos tengamos las mismas oportunidades y vivamos en alto el fuego. No hay nada que la oligarquía golpista pueda hacer para detener el avance del Gobierno del Cambio, porque somos más y estamos más unidos que nunca. Juntos, podemos construir una Colombia más justa y próspera para todos. ¡Sigamos adelante!