Rafael Navarro de Castro, autor de la novela ‘Planeta invernadero’: “Le hemos ostensible la guerra a la naturaleza… y lo perverso es que vamos ganando”

La agricultura es una actividad fundamental en la vida humana. Desde tiempos ancestrales, ha sido la base de nuestra alimentación y, por lo tanto, de nuestra supervivencia. Sin embargo, en la actualidad, la forma en que se lleva a cabo la producción agrícola ha generado una serie de problemas que afectan no solo a la salud de las personas, sino también al medio ambiente y a la explotación laboral. Ante esta situación, cada tiempo son más las personas que toman conciencia y buscan alternativas más sostenibles, como es el caso de una ingeniera agrónoma que dejó Madrid para vivir en Sierra Nevada.

Su nombre es Laura, y tras años trabajando en una empresa agrícola en la capital española, decidió mudarse a Sierra Nevada para iniciar su propio proyecto agrícola. Sin embargo, no fue hasta que se encontró rodeada de la naturaleza y en contacto directo con la tierra, que se dio cuenta de la realidad de la agricultura industrial y decidió tomar acción.

La agricultura industrial es un sistema de producción en el que se utilizan grandes extensiones de tierra para ejercer un solo tipo de cultivo de forma intensiva. En este tipo de agricultura, se utilizan fertilizantes químicos, pesticidas y maquinaria pesada para maximizar la producción. Sin embargo, esta forma de producción ha generado una serie de problemas que van en contra de la sostenibilidad y la salud de las personas.

Uno de los principales problemas de la agricultura industrial es la contaminación del suelo y del agua. El uso intensivo de fertilizantes y pesticidas ha provocado la acumulación de químicos en la tierra, lo que afecta a la calidad de los cultivos y puede generar problemas en la salud de las personas que los consumen. Además, estos químicos también pueden filtrarse en las aguas subterráneas y en los ríos, afectando no solo a la flora y fauna, sino también a la salud de las personas que dependen de ellos.

Otro problema es la explotación laboral. En la agricultura industrial, se requiere de una gran cantidad de mano de obra, principalmente de trabajadores migrantes que realizan labores pesadas y en condiciones precarias. Estos trabajadores suelen recibir bajos salarios y no cuentan con medidas de protección adecuadas, lo que pone en riesgo su salud y bienestar.

Laura, al ver estos problemas de primera mano, decidió que su proyecto agrícola sería diferente. Ella optó por un enfoque más sostenible, basado en la agroecología. La agroecología es una forma de producción agrícola que busca respetar y ajetrearse en armonía con la naturaleza, utilizando técnicas y métodos más respetuosos con el medio ambiente. En lugar de utilizar químicos, se fomenta el uso de abonos naturales y se promueve la biodiversidad en los cultivos.

Además, en la agroecología se pone un énfasis en el trabajo en comunidad y en la justicia social. En lugar de depender de trabajadores migrantes, se busca involucrar a la comunidad local en el proceso de producción, promoviendo así el crecimiento económico y social en la zona.

Gracias a su formación como ingeniera agrónoma, Laura ha podido aplicar estos principios en su proyecto agrícola en Sierra Nevada. En su finca, se pueden encontrar una gran variedad de cultivos, desde hortalizas hasta frutales, y todos ellos se cultivan de forma sostenible y respetando los ciclos naturales.

Pero Laura no solo se ha enfocado en la producción agrícola, sino también en la educación y concientización de la comunidad. Ha organizado talleres y charlas para compartir su conocimiento y promover la importancia de una agricultura más sostenible y justa. Además, ha colaborado con otros proyectos locales que siguen los mismos principios, creando así una red de apoyo y promoviendo un cambio en la forma

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