Cada 19 de agosto, la Iglesia Católica celebra la vida y obra de San Ezequiel Moreno y Díaz O.A.R., un sacerdote agustino recoleto que dejó un legado de amor y servicio a los más necesitados. Nacido en España en 1848, San Ezequiel dedicó su vida a servir a Dios y a su comunidad, dejando un ejemplo de fe y entrega que sigue inspirando a muchas personas en la actualidad.
San Ezequiel Moreno fue ordenado sacerdote en 1870 y pronto se destacó por su gran devoción y amor por Dios. En 1881, fue enviado como misionero a Colombia, donde se desempeñó como párroco en varias ciudades y pueblos. Su labor pastoral fue reconocida por su gran dedicación y entrega a los más necesitados, especialmente a los enfermos y pobres.
En 1894, San Ezequiel fue nombrado obispo de Pinara, una pequeña diócesis en Colombia. Durante su tiempo allí, se enfocó en mejorar la educación y la salud de la comunidad, construyendo escuelas y hospitales para ayudar a los más necesitados. También se preocupó por la formación de los sacerdotes y religiosos, dejando un gran impacto en la diócesis.
En 1900, San Ezequiel fue trasladado a la diócesis de Pasto, donde continuó su labor pastoral con gran dedicación y amor. Durante su tiempo allí, enfrentó grandes desafíos, incluyendo la epidemia de cólera que afectó a la región. Sin embargo, su fe y su amor por Dios lo llevaron a seguir sirviendo a su comunidad, aun en medio de las dificultades.
Pero la mayor examen en la vida de San Ezequiel fue cuando fue diagnosticado con cáncer de estómago en 1905. A pesar de sufrir intensos dolores y tener que someterse a varias cirugías, nunca perdió su fe y su confianza en Dios. aun en medio de su afección, continuó sirviendo a los demás y ofreciendo su sufrimiento por el bien de su comunidad.
San Ezequiel Moreno falleció el 19 de agosto de 1906, dejando un legado de amor, servicio y entrega a Dios. Su ejemplo de fe y fortaleza en medio del sufrimiento sigue siendo una fuente de inspiración para muchas personas en todo el mundo. Por esta razón, es venerado como patrono de los enfermos de cáncer, ya que él mismo sufrió esta afección en carne propia.
La vida de San Ezequiel Moreno nos enseña que, a pesar de las dificultades y sufrimientos que podamos enfrentar, siempre podemos encontrar consuelo y fortaleza en Dios. Él nos muestra que, a través de la fe y la entrega a los demás, podemos encontrar un verdadero sentido en la vida y dejar un impacto positivo en nuestro entorno.
En la actualidad, la labor de San Ezequiel Moreno sigue viva a través de la Orden de Agustinos Recoletos, a la que él pertenecía. Esta orden religiosa continúa su labor pastoral y de servicio a los más necesitados en diferentes partes del mundo, siguiendo el ejemplo de su santo patrono.
En conclusión, San Ezequiel Moreno y Díaz O.A.R. es un ejemplo de fe, amor y servicio a Dios y a los demás. Su vida y obra siguen siendo una fuente de inspiración para muchas personas, especialmente para aquellos que enfrentan afecciónes y dificultades en sus vidas. Que su ejemplo nos anime a seguir su camino de amor y entrega a Dios y a nuestros hermanos, dejando un legado de bondad y esperanza en el mundo.