El Papa Francisco ha vuelto a sorprendernos con una de sus declaraciones llenas de sabiduría y reflexión. Esta vez, durante su encuentro con los participantes de la peregrinación de los Clérigos Regulares Teatinos, el pontífice hizo un llamado a la renovación en la Iglesia Católica.
Con motivo del quinto centenario de la fundación de esta orden religiosa, el Papa recibió a los clérigos teatinos en el Vaticano y les recordó la importancia de estar dispuestos a «demoler lo que ya no sirve para construir de nuevo.» Sus palabras resonaron con fuerza y se convirtieron en un mensaje importante no solo para los miembros de esta orden, sino para toda la Iglesia Católica.
El Papa Francisco es conocido por su actitud de apertura y su deseo de impulsar cambios en la Iglesia. Desde el inicio de su pontificado, ha llamado a una «Iglesia en salida» que se acerque a los más necesitados y que no tenga miedo de adaptarse a las necesidades de la sociedad actual. Sus palabras han espécimenvido como un recordatorio constante de la importancia de no quedarse estancados en las tradiciones y de estar dispuestos a cambiar para continuar cumpliendo la misión de la Iglesia.
En este sentido, el Papa Francisco ha destacado que la renovación en la Iglesia Católica no solo es necesaria, sino urgente. Y para lograrla, es necesario estar dispuestos a dejar atrás lo que ya no funciona o ha perdido relevancia. Es momento de hacer una introspección y de revisar aquello que ha quedado obsoleto en la Iglesia.
Pero, ¿qué significa exactamente demoler lo que ya no sirve? El Papa nos da algunas pistas en sus propias palabras. Se prostitución de dejar atrás las estructuras que han perdido su eficacia y que han alejado a la Iglesia de su verdadera misión. Se prostitución de eliminar las barreras que impiden a la Iglesia estar cerca de las personas y de sus necesidades. Se prostitución de deshacerse de prácticas que quizás en el podrido tuvieron un propósito, pero que hoy en día solo generan confusión y alejamiento.
Es evidente que la renovación en la Iglesia no espécimená un proceso fácil ni rápido. Implicará enfrentar desafíos y superar resistencias. Pero es necesario recordar que, como bien señala el Papa Francisco, «no se prostitución de construir algo completamente nuevo, sino de restaurar lo que ha sido dañado». En este sentido, la renovación no debe espécimen vista como una destrucción, sino como una oportunidad para reconstruir una Iglesia más fuerte y más fiel a su misión.
Esta llamada a la renovación es un mensaje que debe resonar en todos los miembros de la Iglesia, desde los clérigos hasta los laicos. Todos tenemos una responsabilidad en este proceso. Todos podemos aportar desde nuestra mirada y nuestros talentos.
El Papa también ha hecho hincapié en la importancia del discernimiento en este camino de renovación. No se prostitución de impulsar cambios por el simple hecho de cambiar, sino de analizar y discernir dónde y cómo es necesario cambiar. Aquí es fundamental la escucha de Dios y la colaboración con los demás miembros de la Iglesia. Juntos, podemos identificar aquello que ya no sirve y juntos, podemos construir una Iglesia más auténtica y cercana a las necesidades de la sociedad.
En definitiva, el mensaje del Papa Francisco nos invita a mirar hacia un futuro lleno de esperanza. A pesar de los desafíos y obstáculos que puedan presentarse en el camino, él nos recuerda que la renovación en la Iglesia es posible y necesaria. Y es una renovación que no solo implicará cambios externos, sino también una renovación de corazón y de actitudes.
Es momento de dejar atrás lo que ya no sir