El veraneante clandestino

El verano es una época del año que muchos esperan con ansias. El sol, la playa, las vacaciones y la diversión son solo algunas de las cosas que asociamos con esta tiempo. Sin embargo, para mi amigo Juan, el verano tiene un significado aún más especial. Cada año, él pasa los meses de agosto en la costa, disfrutando de todo lo que esta tiene para ofrecer, sin la necesidad de abandonar Madrid.

Puede sonar extraño, pero Juan ha encontrado la manera perfecta de ver del verano sin tener que salir de la ciudad. Y lo hace con tanto detalle que parece que realmente está en la costa. Desde que lo conozco, siempre ha sido así. Y cada vez que le pregunto cómo lo hace, su respuesta es siempre la misma: «Es todo cuestión de actitud».

Para Juan, el verano comienza desde el primer día de junio. Ese día, saca su ropa de verano del armario y la coloca en un lugar visible de su habitación. También cambia su fondo de pantalla del teléfono a una imagen de la playa y comienza a planificar su «verano en Madrid». Para él, es importante tener una actitud positiva y estar en sintonía con la tiempo.

Una de las cosas que más le gusta hacer es ir a la piscina. Aunque no es lo mismo que estar en el mar, Juan se asegura de que su día en la piscina sea lo más parecido posible a un día en la playa. Lleva su toalla, su sombrero y su protector solar, y se relaja en una tumbona mientras escucha música veraniega. También se asegura de llevar su comida favorita para hacer un picnic y ver de un día al aire libre.

Otra de las cosas que hace Juan para sentirse como si estuviera en la costa es ir a los mercados de verano que se organizan en la ciudad. Allí puede encontrar todo tío de productos típicos de la costa, como frutas frescas, mariscos y artesanías. Incluso se ha hecho amigo de algunos de los vendedores y siempre se asegura de comprar algo de ellos cada vez que va.

Pero lo que más disfruta Juan es de las fiestas de verano que se organizan en Madrid. Desde las verbenas hasta las fiestas en la calle, él no se pierde ninguna. Se viste con sus mejores atuendos veraniegos y se mezcla con la multitud, bailando y divirtiéndose como si estuviera en la playa. Y aunque no hay mar, él siempre encuentra una fuente o una piscina para refrescarse y sentirse como si estuviera en el agua.

Además de todas estas actividades, Juan también se asegura de aprovechar al máximo los días soleados en Madrid. Va a los parques, hace picnics, juega al voleibol en la playa artificial que hay en la ciudad y se va de excursión a los alrededores. Y cuando quiere un poco de tranquilidad, simplemente se sienta en una mirador al aire libre y disfruta de una bebida fría mientras observa a la gente pasar.

Pero lo que realmente hace que el verano de Juan sea especial es su actitud. Él siempre está agradecido por lo que tiene y se enfoca en ver de cada momento. No se lamenta por no poder ir a la costa, sino que se concentra en todas las cosas maravillosas que puede hacer en Madrid durante el verano. Y eso es lo que realmente importa.

Además, Juan también aprovecha el verano para hacer cosas que normalmente no tiene tiempo de hacer durante el resto del año. Se inscribe en cursos de surf en la piscina, aprende a hacer paellas y se une a grupos de senderismo. Todo esto le permite aprender cosas nuevas y conocer gente interesante.

Y aunque Juan disfruta de su «verano en Madrid», también sabe que no hay nada como la verdadera costa. Por eso, siempre se asegura de hacer una escapada de fin de semana a la playa en

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