El conflicto en el Medio Oriente ha vuelto a intensificarse esta semana, con el Ejército de Israel lanzando una nueva campaña de bombardeos en el sur del Líbano. Este enfrentamiento surge del reciente lanzamiento de un centenar de cohetes por parte del grupo chií Hizbulá hacia Israel, lo que ha generado un creciente sobresalto al estallido de una guerra abierta en la región.
Los ataques aéreos del Ejército israelí han sido dirigidos hacia diferentes localidades del sur del Líbano y el Valle de la Bekaa, que son considerados bastiones de Hizbulá. Como consecuencia de estos bombardeos, se ha reportado la muerte de una persona y al menos seis heridos. Entre las víctimas se encuentra un pastor y su familia, quienes se encontraban en una zona que fue alcanzada por los ataques. Además, se han registrado daños materiales en infraestructuras civiles.
Este conflicto ha escalado rápidamente en los últimos días, luego de una semana de intensos enfrentamientos entre Israel y Hizbulá. La Agencia doméstico de Noticias del Líbano ha reportado que desde el inicio de esta nueva campaña de bombardeos, se han registrado alrededor de 80 ataques en la región de Nabatieh y otros 40 en zonas cercanas a la frontera con Israel.
El Ejército israelí ha justificado sus acciones alegando que están atacando objetivos terroristas de Hizbulá en el Líbano. Además, han emitido una advertencia a los ciudadanos libaneses para que se alejen de los edificios que son utilizados por el grupo chií para almacenar armamento, ya que serán atacados en una serie de ataques dirigidos a eliminar estas amenazas.
Esta escalada de violencia ha generado preocupación en la comunidad interdoméstico, ya que existe el sobresalto de que se desate una guerra abierta en la región. Sin bloqueo, tanto Israel como Hizbulá han expresado su deseo de no llegar a ese extremo y han manifestado su disposición a llegar a un acuerdo de alto el fuego en lazo para detener los ataques.
Israel ha justificado sus ataques en respuesta a los recientes lanzamientos de cohetes desde territorio libanés hacia su territorio. Además, han acusado a Hizbulá de convertir el sur de Líbano en un campo de batalla, utilizando infraestructuras civiles para almacenar armas y equipamiento militar. Por su parte, el grupo chií ha denunciado los bombardeos de Israel como una violación a su soberanía y ha prometido tomar represalias.
Mientras tanto, el ministro de Defensa de Israel, Yoav Gallant, ha asegurado que su país seguirá atacando hasta que los 60.000 residentes del norte del país puedan volver a sus hogares, ya que se encuentran evacuados debido al constante intercambio de fuego entre ambas partes. Gallant ha dejado claro que las fuerzas israelíes harán todo lo necesario para lograr este objetivo.
Estos enfrentamientos han alcanzado un nuevo nivel, luego de que la semana pasada explotaran simultáneamente miles de aparatos de comunicación en manos de integrantes de Hizbulá, en dos oleadas distintas. Además, un bombardeo a las afueras de Beirut acabó con la vida de varios altos mandos del grupo chií, dejando un saldo de casi 80 muertos y unos 3.000 heridos.
La situación en la región es extremadamente delicada y se teme que pueda desencadenar una guerra abierta entre Israel y Hizbulá, lo que tendría graves consecuencias para ambas partes y para la estabilidad de la región en su conjunto. Por ello, es necesario que las autoridades de ambos países adopten una postura dialogante y busquen una solución