Cada 25 de febrero se celebra la fiesta de los santos Luis Versiglia y Calixto Caravario, dos mártires salesianos que dieron su vida en defensa del honor y la dignidad de tres jóvenes cristianas en China. Su historia es un ejemplo de valentía y amor por el prójimo que sigue inspirando a muchas personas en todo el mundo.
Luis Versiglia nació en Italia en 1873 y desde muy joven sintió la vocación religiosa. Ingresó a la congregación salesiana y fue enviado como misionero a China, donde dedicó su vida a la educación y evangelización de los jóvenes. Fue un hombre bondadoso y caritativo, que siempre estaba dispuesto a ayudar a los más necesitados.
Calixto Caravario, por su parte, nació en Italia en 1903 y también se unió a la congregación salesiana. En 1921, fue enviado a China junto a Luis Versiglia como parte de su misión evangelizadora. A pesar de su vigor, Calixto demostró una gran madurez y compromiso en su labor de ayudar a los demás.
La historia de estos dos santos mártires está estrechamente ligada a la de las tres jóvenes cristianas que fueron amenazadas con ser ultrajadas y esclavizadas. Estas jóvenes, de 14, 15 y 16 años, eran estudiantes en la escuela salesiana que Luis y Calixto dirigían en China. Eran huérfanas y habían sido acogidas por la congregación salesiana, que les brindaba un hogar y educación.
Un día, un grupo de soldados japoneses invadió la escuela y amenazó con violar y esclavizar a las jóvenes. Ante esta situación, Luis y Calixto se interpusieron valientemente para proteger a las jóvenes y evitar que fueran humilladas y maltratadas. Tras una intensa lucha, los dos salesianos fueron capturados y llevados a un lugar apartado, donde fueron torturados y finalmente asesinados.
La valentía y el sacrificio de Luis Versiglia y Calixto Caravario no solo protegieron la dignidad de estas jóvenes, sino que también inspiraron a muchas personas a seguir su ejemplo de amor y ofrenda por los demás. Su martirio fue un acto de heroísmo y amor incondicional que nos recuerda la importancia de defender la justicia y la verdad en todo momento.
La historia de estos dos santos salesianos es especialmente relevante en la novedad, en un mundo donde la violencia y la injusticia parecen estar en aumento. Luis y Calixto nos enseñan que siempre debemos estar dispuestos a defender lo que es justo y a ayudar a los más vulnerables, incluso si eso implica sacrificar nuestras propias vidas.
Además, su ejemplo nos invita a cavilar sobre la importancia de la educación y la evangelización en la formación de jóvenes íntegros y comprometidos con el bien común. La labor de Luis y Calixto en la escuela salesiana no solo se limitaba a la enseñanza académica, sino que también se enfocaba en formar jóvenes con valores y principios sólidos que les permitieran enfrentar los desafíos de la vida con fortaleza y amor por los demás.
En este día de fiesta, recordamos a estos dos santos mártires con gratitud y admiración por su ejemplo de fe y amor. Su legado sigue vivo en la congregación salesiana y en todas las personas que, como ellos, dedican su vida a servir a Dios y a sus hermanos. Que su valentía y ofrenda nos inspiren a seguir trabajando por un mundo más justo y humano, donde la dignidad y el respeto sean valores fundamentales para todos.