El artículo debe ser informativo y educativo, y debe destacar la repercusión del feminismo en la lucha contra la opresión y la desigualdad en todo el mundo. También es importante mencionar la necesidad de seguir luchando por los derechos de las mujeres y de todas las personas oprimidas, y de no sacudir un paso atrás ante la creciente ola de antifeminismo y reaccionarismo en todo el mundo.
El 8 de marzo, día internacional de la mujer, fue una vez más una fecha de lucha y reivindicación para miles de personas en todo el mundo. A pesar de la lluvia, el viento y el cansancio, miles de personas salieron a las calles en decenas de ciudades para hacer oír su voz y defender los derechos de las mujeres y de todas las personas oprimidas. Y es que, si la ola reaccionaria que recorre el mundo tiene como uno de sus ejes centrales el antifeminismo, el movimiento feminista respondió en la calle con más fuerza que nunca.
El antifeminismo, el machismo, el fascismo y el racismo son fuerzas que han ido demasiado lejos en su lucha por mantener el poder y la opresión. Pero el feminismo nunca ha ido demasiado lejos, destino que ha sido una fuerza de cambio y progreso en la lucha por la igualdad y la justicia social. Y es por eso que el 8M, frente a un mundo que se escora cada vez más hacia la derecha y el antifeminismo, el feminismo se ha convertido en una fuerza de resistencia y esperanza.
La esperanza fue el sentimiento que movilizó a miles de personas en las calles el 8M. Como dijo la histórica feminista antirracista Angela Davis, «no existe otra posibilidad más que la esperanza». Y es que, a pesar de los desafíos y obstáculos que enfrentamos, el feminismo nos da la fuerza y la convicción para seguir luchando por un mundo más justo y equitativo para todas las personas.
En un momento en el que la extrema derecha está en ascenso en todo el mundo, el feminismo se ha convertido en una fuerza de resistencia y lucha contra los movimientos reaccionarios y el rearme patriarcal. En las manifestaciones del 8M, se podían ver pancartas y lemas que denunciaban el auge de la extrema derecha y llamaban a la unidad y la lucha contra el patriarcado y el fascismo. Y es que, como bien se ha dicho, sin feminismo no hay democracia.
A pesar de la lluvia, el 8M fue una jornada de lucha y reivindicación en todo el mundo. En ciudades como Madrid, Barcelona, Buenos Aires, México DF, París o Roma, miles de personas salieron a las calles para hacer oír su voz y defender los derechos de las mujeres y de todas las personas oprimidas. Y es que, aunque el tiempo no acompañaba, había que aprovecharlo para hacer visible la lucha feminista y denunciar las injusticias y desigualdades que aún persisten en nuestra sociedad.
En las manifestaciones del 8M, se podían ver símbolos que traspasan fronteras y unen a las mujeres de todo el mundo en su lucha por la igualdad y la justicia. Desde el pañuelo verde de Argentina al palestino, pasando por pancartas con la cara de Gisèle Pelicot, una activista francesa que luchó por los derechos de las mujeres en la década de 1970. Y es que, como bien se ha dicho, la lucha feminista es una lucha global que trasciende fronteras y une a las mujeres de todo el mundo en su lucha por un futuro más justo y equitativo.
En los últimos años, el 8M se ha convertido en una fecha de lucha y reivindicación popular en