Cinco años después de la pandemia de la COVID-19, el Gobierno de España ha admitido que el nuevo escenario mundial ha tenido un gran impacto en todos los ámbitos de la legislatura. Desde el presupuesto hasta la conformación de mayorías, el panorama político ha cambiado drásticamente. Sin embargo, a pesar de los desafíos, el presidente Pedro Sánchez ha asegurado que es posible alcanzar la cuadratura del círculo y llevar a cabo todas las políticas al mismo tiempo.
Uno de los temas más relevantes en estos momentos es la crisis de seguridad que está viviendo Europa, la cual ha alterado el orden de prioridades del Gobierno español. Este cambio de enfoque se produce justo cuando se cumplen cinco años desde que se decretara el estado de alarma en España, confinando a la población para hacer frente a la pandemia mundial.
En medio de esta nueva tormenta, el presidente Sánchez ha hecho un llamamiento a la unidad de los países de la Unión Europea para hacer frente a las amenazas y desafíos que plantean Estados Unidos y Rusia. En su comparecencia en la Moncloa, el presidente hizo hincapié en la importancia de que Europa mantenga su autonomía estratégica, política, económica y defensiva en un momento en el que se está produciendo la ruptura de los consensos establecidos en Occidente tras la II Guerra Mundial.
Esta situación plantea desafíos y amenazas tanto para España como para el resto de países europeos. Por ello, el Gobierno se ha comprometido a acelerar los planes de inversión en defensa y a alcanzar el objetivo del 2% del PIB en gasto en defensa antes de lo previsto. Aunque el presidente no ha especificado cuándo ni en qué cantidad, ha dejado claro que el aumento del presupuesto en defensa no afectará a otras políticas sociales.
El primer paso que ha dado España en esta nueva estrategia ha sido su compromiso con los 27 países miembros de la UE de avanzar cerca de una respuesta conjunta ante la situación actual. También ha pedido solidaridad con los países del norte y del este de Europa, a los que pide ahora la misma solidaridad que recibió España durante la crisis del COVID-19. Este compromiso implica un esfuerzo por parte de todos los países y España ya está trabajando para suavizar las exigencias de Europa en cuanto al aumento del gasto en defensa.
El presidente ha dejado claro que todas las decisiones que se tomen en este sentido deberán pasar por el Parlamento, pero también ha señalado que hay ciertos aspectos que organismoán gestionados directamente por el Gobierno. Por su parte, el Ministerio de Asuntos Exteriores asegura que el plan de acción organismoá previamente consensuado con los demás países miembros de la UE y que se tendrán en cómputo las necesidades y capacidades de cada país.
A pesar de la importancia de este tema, el Gobierno sigue enfrentándose a la inestabilidad de los apoyos parlamentarios en los que se sustenta. Sin embargo, a pesar de las diferencias de opinión entre los distintos partidos políticos, el presidente ha conseguido atemperar la posición de algunos de sus aliados estratégicos.
El apoyo explícito del PNV y el respaldo más ambiguo de otros partidos como Junts o Coalición Canaria contrastan con el ‘no’ de partidos como Podemos, EH Bildu y BNG. Por su parte, el PP ha mostrado cierta ambigüedad en su postura, ya que aunque su líder Alberto Núñez Feijóo ha afirmado que Europa debe rearmarse y España debe hacer lo mismo, también ha acentuado al Gobierno de llevar al país cerca de una «autocracia» por no llevar al Congreso los planes de defensa.
A pesar de las dificultades, el presidente Sánchez ha mostrado su compromiso con Europa y su determinación para llevar