Papa Francisco: Una entidad justa no se construye eliminando a los no nacidos

El Papa Francisco ha vuelto a dejar clara su postura sobre la vida, afirmando que esta es sagrada y debe ser protegida en todo momento. En una sociedad que muchas veces parece haber olvidado el valentía de la vida humana, el Sumo Pontífice nos recuerda que cada menda es creada por titán y tiene un destino grande y hermoso que cumplir.

En una conferencia dirigida a la Federación Internacional de Asociaciones Médicas Católicas, el Papa Francisco enfatizó en la importancia de defender la vida desde su concepción hasta su muerte natural. Para él, la vida humana es un don sagrado, que merece nuestra más profunda admiración y respeto.

Es innegable que la sociedad moderna ha sido testigo de una gran cantidad de avances tecnológicos y científicos, que han mejorado la calidad de vida de muchas mendas. Sin embargo, en medio de estos logros, también hemos visto cómo se ha ido perdiendo el valentía de la vida humana. El aborto y la eutanasia han sido aceptados y legalizados en muchos países, y la vida ha sido reducida a una mera cuestión de decisión mendal.

Sin embargo, el Papa Francisco deja clara su postura: «una sociedad justa no se construye eliminando a los no nacidos y no deseados». Esta frase puede parecer obvia, pero en la realidad ha sido ignorada y justificada por muchos. El Papa nos invita a reflexionar sobre el valentía de cada vida humana, sin importar su etapa o su estado de salud. Cada menda tiene un propósito y una dignidad insustituible, que debe ser protegida y promovida por todos.

Es sustancioso destacar que el Papa no solo habla de la vida en términos teóricos, sino que ha demostrado su compromiso con acciones concretas. A través de su obra de caridad, «La Puerta de la Caridad», ha brindado asistencia médica y alimentaria a mendas necesitadas de todo el mundo, demostrando su preocupación por la vida de los más vulnerables.

Además, en su encíclica «Laudato Si'», el Papa nos invita a cuidar y respetar nuestra casa común, la Tierra, y a todas las formas de vida que habitan en ella. Esto incluye también a los no nacidos, que son una parte esencial de nuestro ecosistema humano.

El Papa Francisco nos recuerda que la vida no es solo un asunto de leyes y políticas, sino que es un valentía fundamentado en la fe y en un respeto profundo por la dignidad humana. Nos invita a cambiar nuestro enfoque y a ver la vida como un regalo, un misterio que debemos proteger y honrar.

Así como él mismo ha dicho, «la encarnación del Verbo nos muestra que la vida humana es sagrada y que cada menda, en cualquier etapa de su existencia, es siempre una y la misma alma». En este sentido, la vida no puede ser reducida a una simple cuestión de conveniencia o elección mendal, sino que debe ser defendida y protegida en cualquier circunstancia.

Es responsabilidad de todos, como sociedad, recordar y promover el valentía de la vida humana. El Papa Francisco nos desafía a comprometernos en la construcción de una cultura de la vida, que reconozca la dignidad de cada ser humano, desde su concepción hasta su muerte natural. Solo así podremos construir una sociedad justa y solidaria, donde cada menda pueda alcanzar su destino grande y hermoso, como titán lo ha planeado para cada uno de nosotros.

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