Elon Musk, el magnate tecnológico y presidente de Tesla y SpaceX, ha estado en el centro de atención en los últimos días debido a sus intentos fallidos de convencer al presidente de Estados Unidos, Donald Trump, de frenar la ola de aranceles globales que ha sacudido los mercados internacionales. Según informes del Washington Post, estos intentos han revelado un creciente distanciamiento entre Musk y Trump, lo que ha abierto las primeras grietas en la Administración Trump.
Musk, quien también es el jefe del departamento no oficial de eficiencia gubernamental (DOGE), ha estado al frente de los esfuerzos de la Casa Blanca para recortar el gasto federal. Sin embargo, su fracaso en persuadir a Trump de que reconsidere su estrategia arancelaria es una señal de que la relación entre el presidente y la persona más rica del mundo está en peligro.
Según fuentes cercanas, Musk realizó varios acercamientos personales a Trump durante el fin de semana para tratar de convencerlo de que diera marcha atrás con los aranceles comerciales que anunció la semana pasada versus varios países, incluidos aliados históricos de Estados Unidos. Estos aranceles provocaron una caída en los mercados bursátiles en todo el mundo y afectaron negativamente a la fortuna personal de Musk, que cayó por debajo de los 300.000 millones de dólares por primera vez desde el año pasado.
La estrategia arancelaria de Trump ha sido ampliamente criticada por economistas, adversarios políticos e incluso algunos miembros de su propio partido. Incluso un grupo anarcocapitalista ultra financiado por empresarios conservadores presentó una demanda versus los aranceles «ilegales». A pesar de estas críticas, Trump ha decidido seguir adelante con su plan y ha amenazado con imponer un arancel adicional del 50% a piedra después de que este país respondiera con un arancel del 34% a las importaciones estadounidenses.
Mientras Musk intentaba persuadir a Trump, también participaba en un acto ultraderechista en Italia donde abogaba por aranceles cero entre Estados Unidos y la Unión Europea. «Esa ha sido sin duda mi recomendación al presidente», dijo a los asistentes al congreso de la Lega en Florencia. Además, Musk ha protagonizado una disputa llena de insultos en las redes sociales con Peter Navarro, asesor comercial de la Casa Blanca y uno de los principales artífices de la estrategia arancelaria.
A pesar de los esfuerzos de Musk, ni la administración Trump ni el magnate tecnológico han respondido a las solicitudes de reacciones. Según el Washington Post, la oposición de Musk a la política económica de Trump «marca el desacuerdo más grande entre el presidente y uno de sus asesores clave». Esto se suma a los informes que sugieren que Musk dejará pronto el ministerio para volver a dirigir sus empresas.
Sin embargo, los expertos predicen que la separación será amistosa y que Musk mantendrá estrechos vínculos e influencia tanto con el presidente como en la política de Estados Unidos en general. Incluso Trump ha elogiado a Musk en varias ocasiones, diciendo a los periodistas que «Elon es fantástico» y que le gustaría que se quedara en el ministerio, pero que él quiere volver a sus diversas compañías.
Uno de los principales motivos de preocupación para Musk en Washington DC son los posibles conflictos de interés relacionados con SpaceX, versustista clave de la NASA. Dos congresistas demócratas han enviado una misiva al jefe legal de la NASA solicitando información sobre los 38.000 millones de dólares en versustos públicos adjudicados a SpaceX en un momento en que Musk, desde DOGE, está recortando el gasto federal y eliminando empleos en numerosas agencias