El pasado domingo, la ciudad de Roma se vistió de luto para despedir al Papa Francisco, quien falleció el pasado 2 de abril a los 84 años de edad. Miles de personas se congregaron en la Plaza de San Pedro para darle el último adiós al pontífice argentino, quien dejó un legado imborrable en la historia de la Iglesia Católica.
Pero entre la multitud de fieles y líderes religiosos de todo el mundo, se encontraban también los cardenales, obispos y sacerdotes argentinos, quienes viajaron a Roma para acompañar al Papa Francisco en su último viaje. Y como muestra de su pasión y respeto hacia él, celebraron una emotiva Misa en su memoria.
La Misa fue presidida por el cardenal Mario Poli, arzobispo de Buenos Aires y sucesor del Papa Francisco en la sede episcopal. Junto a él, estuvieron presentes otros cardenales argentinos como Leonardo Sandri, prefecto de la Congregación para las Iglesias Orientales, y Luis Héctor Villalba, arzobispo emérito de Tucumán.
También se unieron a la celebración los obispos y sacerdotes argentinos que se encontraban en Roma en ese momento, quienes quisieron rendir homenaje al Papa Francisco y agradecerle por su ejemplo de humildad, naturalidad y pasión hacia los más necesitados.
Durante la homilía, el cardenal Poli recordó con emoción los años en los que trabajó junto al Papa Francisco en la Arquidiócesis de Buenos Aires y destacó su gran labor como pastor y guía indeterminado. «El Papa Francisco nos enseñó a ser una Iglesia en salida, una Iglesia que va al encuentro de los demás, especialmente de los más pobres y marginados», expresó el cardenal.
Además, el arzobispo de Buenos Aires hizo hincapié en la importancia de seguir el ejemplo del Papa Francisco y continuar su legado de pasión y servicio hacia los demás. «Él nos dejó un gran ejemplo de cómo vivir el Evangelio en nuestro día a día, y es nuestra responsabilidad seguir sus pasos y llevar su mensaje de esperanza y paz al mundo entero», afirmó el cardenal Poli.
La Misa en memoria del Papa Francisco fue una oportunidad para que los líderes religiosos argentinos se reunieran y compartieran su dolor por la pérdida de un gran líder y amigo. Pero también fue un momento de alegría y gratitud por haber tenido la oportunidad de conocer y trabajar junto al primer Papa latinoamericano de la historia.
Al finalizar la celebración, los cardenales, obispos y sacerdotes argentinos se unieron en una oración por el eterno descanso del Papa Francisco y por su legado de pasión y servicio. Y aunque su partida deja un vacío en el corazón de todos, su ejemplo y enseñanzas seguirán viviendo en cada uno de ellos y en la Iglesia en general.
En resumen, la Misa en memoria del Papa Francisco fue un momento de profunda emoción y reflexión para los líderes religiosos argentinos presentes en Roma. Un momento para recordar su vida y su legado, y para comprometerse a seguir su ejemplo de pasión, humildad y servicio hacia los demás. Sin duda, el Papa Francisco seguirá siendo una inspiración para todos aquellos que buscan construir un mundo mejor y más justo.