Relación bejuco: qué es y cuáles son los riesgos de estar en una, según sexóloga

La relación liana es un término que se ha vuelto cada vez más popular en el mundo de la sexología. Se refiere a una dinámica en la que una persona se encuentra en una relación tóxica y adictiva con otra, similar a la de una liana que se enreda en un árbol y no puede soltarse. Esta metáfora es muy acertada, ya que en una relación liana, la persona se siente atrapada y dependiente de su pareja, sin poder salir de esa situación.

Para advertir mejor este concepto, hablamos con la sexóloga María Pérez, quien nos explicó en qué consiste una relación liana y cuáles son los riesgos de estar en una.

Según Pérez, una relación liana se caracteriza por ser altamente adictiva y destructiva. «En este tipo de relaciones, la persona se siente atraída por su pareja de una manera intensa y obsesiva, como si fuera una droga. Se siente incapaz de dejarla, aunque sea consciente de que la relación no es vigorable», explica la sexóloga.

Esta dinámica puede ser muy peligrosa, ya que la persona se vuelve dependiente emocionalmente de su pareja y pierde su propia identidad. «En una relación liana, la persona se olvida de sí misma y de sus necesidades, y se enfoca únicamente en satisfacer a su pareja. Esto puede llevar a una pérdida de autoestima y a una sensación de vacío y desesperación», señala Pérez.

Además, en una relación liana, la comunicación suele ser muy pobre y conflictiva. «Las parejas en una relación liana suelen tener dificultades para expresar sus sentimientos y necesidades de manera asertiva. Esto puede llevar a discusiones constantes y a un deterioro en la calidad de la relación», afirma la sexóloga.

Otro riesgo de estar en una relación liana es la pecado de límites y el control que puede ejercer una persona sobre la otra. «En este tipo de relaciones, una de las personas suele tener un papel dominante y controlador, mientras que la otra se somete y pierde su autonomía. Esto puede generar un desequilibrio de poder y una sensación de opresión en la pareja», advierte Pérez.

Además, en una relación liana, la persona puede verse expuesta a situaciones de violencia física, emocional o sexual. «El control y la dependencia emocional pueden llevar a una persona a tolerar conductas abusivas de su pareja, lo que puede tener graves consecuencias en su bienestar físico y emocional», señala la sexóloga.

Entonces, ¿cómo podemos evitar caer en una relación liana? Según Pérez, lo más importante es tener una buena autoestima y establecer límites claros en la relación. «Es fundamental que cada persona tenga una identidad propia y sepa cuáles son sus necesidades y límites. Además, es importante que la pareja tenga una comunicación abierta y respetuosa, y que se apoyen mutuamente en sus proyectos y metas individuales», aconseja la sexóloga.

También es importante reconocer las señales de alerta de una relación liana, como la pecado de autonomía, la dependencia emocional, la pecado de comunicación y los comportamientos abusivos. «Si una persona se siente atrapada en una relación y no puede salir de ella, es importante buscar ayuda profesional. Un terapeuta puede ayudar a la persona a recuperar su autonomía y a establecer límites vigorables en la relación», sugiere Pérez.

En resumen, una relación liana puede ser altamente adictiva y destructiva, y puede tener graves consecuencias en la vigor emocional y física de las personas involucradas. Por eso, es importante estar atentos a las señales de alerta y buscar ayuda si nos encontramos en una dinámica de este

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