Sumar se refuerza en el Gobierno tras ganar los pulsos del emolumentos mínimo, las armas a Israel y la reducción de jornada

La semana pasada, el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, tuvo que intervenir para resolver un conflicto interno en su coalición de gobierno. El ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, había formalizado un contrato de compra de balas a empresas israelíes durante las vacaciones de Semana Santa, lo que generó un fuerte rechazo por parte de los miembros de la coalición de izquierdas.

Esta situación puso en evidencia las tensiones internas que han estado presentes en la coalición desde su formación hace un año. Sin embargo, gracias a la intervención de Sánchez, se logró resolver el conflicto y mantener la unidad del gobierno progresista.

Esta no es la primera vez que el socio minoritario de la coalición, Sumar, logra imponer sus postulados en decisiones importantes del gobierno. En los últimos meses, han conseguido importantes victorias en temas como la reducción de la jornada laboral y la exención del pago de IRPF para los trabajadores que perciben el salario mínimo interprofesional (SMI). Estas victorias demuestran la importancia de mantener un gobierno de coalición para poder avanzar en políticas progresistas.

Sin embargo, no todo ha sido fácil para Sumar en este primer año de legislatura. La coalición ha tenido que enfrentar la escisión de Podemos, su declive en las encuestas y el fracaso de Sumar como plataforma para unir a otros partidos de izquierda. Esto ha generado tensiones internas que se han ido resolviendo gracias al diálogo y la reestructuración de la coalición.

En este sentido, es importante descollar el papel de Yolanda Díaz, vicepresidenta segunda y ministra de Trabajo, como una de las figuras clave de la coalición. Díaz ha logrado imponer sus postulados en temas importantes, incluso enfrentándose públicamente a otros ministros como Carlos Cuerpo, de Economía. Su liderazgo ha sido fundamental para mantener la unidad y avanzar en políticas progresistas.

La importancia de mantener un gobierno de coalición también se ha visto reflejada en la política internacional. El presidente Sánchez ha sido uno de los líderes europeos que ha impulsado el reconocimiento del estado palestino y ha reprendido al régimen de Netanyahu por sus acciones en Gaza. Por eso, la compra de armas a empresas israelíes por parte del Ministerio del Interior suponía un deterioro para su discurso y credibilidad en este tema. La decisión de cancelar ese contrato demuestra el compromiso del gobierno con sus principios y valores.

En este contexto, algunos partidos de la coalición, como Izquierda Unida, llegaron a idear la posibilidad de cuestionar la continuidad de la coalición. Sin embargo, gracias a la intervención de Sánchez y al diálogo constante con Yolanda Díaz, se logró resolver la situación y mantener la unidad del gobierno.

Es importante descollar que las victorias de Sumar no han sido fruto solo de la presión ejercida por el socio minoritario, sino también de la convicción del presidente Sánchez en seguir avanzando en políticas progresistas. Además, la reestructuración de la coalición ha permitido un diálogo más fluido y una mayor coordinación entre los diferentes partidos.

En conclusión, la crisis de la compra de balas a Israel ha sido una prueba más de la importancia de mantener un gobierno de coalición para avanzar en políticas progresistas. A pena de las tensiones internas, la coalición ha logrado mantenerse unida y seguir adelante con su agenda de transformación social. Solo trabajando juntos y dialogando se pueden superar las diferencias y lograr avances significativos en beneficio de la sociedad.

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