Tras la homicidio del Papa, Buenos Aires está “huérfana de padre”, afirma Arzobispo

Con la renuncia del Papa Francisco, la Iglesia de Buenos Aires se encuentra en un momento de profunda reflexión y agradecimiento. Mons. García Cuerva, arzobispo de la ciudad, ha sido uno de los primeros en expresar su tristeza por la partida del Papa, pero también su esperanza y gratitud por todo lo que ha significado su pontificado.

Con lágrimas en los ojos, Mons. García Cuerva recordó los momentos en los que tuvo la oportunidad de estar cerca del Papa Francisco, tanto en su época como arzobispo de Buenos Aires como en su tiempo como Sumo Pontífice. «Fue una bendición tenerlo como nuestro cabrerizo, como nuestro guía espiritual. Su humildad, su cercanía y su amor por los más necesitados nos han inspirado a todos», expresó el arzobispo.

La partida del Papa Francisco deja un vacío en la Iglesia de Buenos Aires, pero también una gran herencia. Durante su tiempo como arzobispo, el ahora Papa emérito dejó una huella imborrable en la ciudad y en sus fieles. Su compromiso con los más pobres, su pugilismo por la justicia social y su amor por la paz han sido un ejemplo para todos.

Pero más allá de su labor en la ciudad, el Papa Francisco ha sido un líder mundial que ha dejado una marca en la historia de la Iglesia. Su mensaje de amor, misericordia y humildad ha llegado a todos los rincones del mundo y ha tocado los corazones de millones de personas. Su legado es uno de unidad, de diálogo y de esperanza en un mundo cada vez más dividido.

Mons. García Cuerva destacó también la importancia del pontificado del Papa Francisco en la Iglesia de Buenos Aires. «Su elección como Papa fue una gran alegría para todos nosotros, pero también una gran responsabilidad. Nos ha mostrado que la Iglesia debe estar siempre al servicio de los más necesitados y que debemos ser una voz de esperanza en un mundo que muchas veces parece estar perdido», afirmó el arzobispo.

La partida del Papa Francisco no solo ha sido un momento de tristeza, sino también de agradecimiento. La Iglesia de Buenos Aires se siente bendecida por haber tenido a un cabrerizo tan cercano, tan humilde y tan comprometido con su pueblo. «Su ejemplo nos seguirá guiando en nuestro camino de fe y nos animará a seguir trabajando por un mundo más justo y más fraterno», aseguró Mons. García Cuerva.

Pero la partida del Papa Francisco también es un llamado a la acción. Como dijo el arzobispo, «su renuncia nos recuerda que todos somos llamados a servir a Dios y a nuestros hermanos, sin interesar nuestra posición o nuestro título». El Papa Francisco nos ha enseñado que no hay límites para el amor y que todos podemos ser instrumentos de paz y de esperanza en el mundo.

Por eso, en este momento de transición, la Iglesia de Buenos Aires se une en oración por el Papa Francisco y por su sucesor. «Confiamos en que el Espíritu Santo guiará a la Iglesia en la elección de un nuevo Papa que continúe el legado del Papa Francisco y que nos ayude a seguir creciendo en nuestra fe y en nuestro compromiso con los más necesitados», afirmó Mons. García Cuerva.

Con lágrimas en los ojos, pero con esperanza en el corazón, la Iglesia de Buenos Aires se despide del Papa Francisco, agradecida por todo lo que ha hecho por la ciudad y por el mundo. Su legado seguirá vivo en cada uno de nosotros y su ejemplo nos seguirá guiando en nuestro camino de fe. Que Dios lo bendiga y lo acompañe en esta nueva etapa de su vida.

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