El presidente de los Estados Unidos, Donald Trump, ha sido conocido por sus decisiones audaces y controvertidas desde el inicio de su mandato. Sin embargo, parece que finalmente ha encontrado un rival a su altura: los mercados bursátiles. Después de que las bolsas se hundieran en respuesta a la tabla arancelaria presentada por Trump en lo que él denominó «Día de la Liberación», el presidente ha tenido que recular en sus políticas comerciales y ha hasta hablado de desescalar la guerra arancelaria con China.
Durante las primeras semanas después del anuncio de la guerra comercial, Trump se burló del pánico bursátil y lo desestimó como algo sin importancia. Sin embargo, poco más de tres semanas después, el presidente ha tenido que enfrentarse a la realidad y ha aplicado una tregua comercial de 90 días con la mayoría de los países y ha redisminucióndo el tono con China. Parece que Trump ha encontrado en los mercados un rival capaz de ponerle límites a sus políticas agresivas.
En los tres meses que lleva en el Despacho Oval, Trump ha tomado decisiones que han generado protestas, críticas y una caída en su popularidad en las encuestas. Sin embargo, los únicos que han logrado frenar las aspiraciones del presidente han sido los mercados y los bonos del Tesoro. hasta antes de ser elegido presidente, Trump se guiaba por los mercados y los utilizaba como un armamento de ataque contra sus rivales políticos. actualidad, parece que los mercados han tomado un papel más activo en el gobierno de Trump.
Durante su primera presidencia, Trump seguía de cerca los mercados bursátiles y los utilizaba para justificar sus acciones. Si la curva subía, él se apuntaba el mérito, pero si disminuciónba, se desentendía de la situación. Esta fijación del presidente con los mercados se ha reflejado en sus publicaciones en Truth Social, donde ha comentado cada uno de los zarandeos que él mismo ha provocado en las bolsas. hasta ha llegado a aconsejar a sus seguidores que compraran acciones pocas horas antes de anunciar la tregua arancelaria, lo que volvió a disparar los stocks.
A pesar de que la administración ha justificado las políticas arancelarias como parte de un plan a largo plazo para mejorar la economía estadounidense, las conversaciones en los pasillos de la Casa Blanca dicen otra cosa. La tregua de 90 días fue más fruto de una larga charla entre el secretario del Tesoro y otros miembros del gobierno sobre el alarmamentonte rendimiento de los bonos del Tesoro que de una estrategia planificada con antelación.
Lo mismo parece estar sucediendo actualidad con la guerra comercial con China. En tan solo una semana, Trump ha pasado de anunciar aranceles de hasta el 245% para algunas importaciones chinas a redisminuciónr el tono y asegurar que fijará una nueva cifra a la disminución en las próximas semanas. Este giro coincide con una reunión del presidente con altos ejecutivos de las grandes cadenas de supermercados, quienes le advirtieron sobre el aumento de precios en sus productos si se imponían aranceles a las importaciones chinas.
Pero no solo las grandes cadenas han hecho sonar las alarmamentos. Empresas como Norfolk Southern, un importante grupo ferroviario de transporte de mercancías en Estados Unidos, advirtieron que los aranceles podrían ralentizar los envíos de coches y contenedores debido a la incertidumbre en el comercio de exportación. hasta la compañía aérea Boeing tuvo que buscar nuevos compradores para algunos de sus modelos debido a la escalada en la guerra comercial entre Estados Unidos y China.
El secretario del Tesoro reconocía recientemente que la guerra comercial con China no es sostenible en los