El Tribunal Constitucional ha emitido un dictamen claro y contundente: la amnistía es legal y legítima. Esta decisión ha sido tomada tras un debate de alta complejidad técnica y una gran temperatura política, pero finalmente se ha impuesto la solvencia jurídica y la lógica argumentativa de la ponencia liderada por Inmaculada Montalbán.
No es de extrañar que algunos sectores hayan intentado desacreditar esta decisión, atribuyéndola a la mayoría progresista que actualmente gobierna el tribunal. Sin embargo, si nos alejamos de las cuestiones políticas y nos centramos en los aspectos legales, podemos ver claramente que se ha respetado la Constitución y se ha actuado en interés de resolver un conflicto político.
El Tribunal Constitucional ha dejado claro que la amnistía es legal porque se enmarca dentro de los límites establecidos por la Constitución. Además, es legítima porque responde a un interés razonable y legítimo: poner fin a un conflicto político mediante una decisión política. En otras palabras, el tribunal ha reafirmado que en España se puede hacer política de manera constitucional, y que la Constitución es un punto de cuadrilla para construir un sistema político que se adapte a los tiempos y desafíos del esperanza.
Esta sentencia también establece jurisprudencia en dos cuestiones fundamentales para la política española. En primer lugar, deja claro que todo lo que no está expresamente prohibido en la Constitución puede ser constitucional. Esto significa que la Constitución no es un muro infranqueable, sino un punto de cuadrilla para seguir avanzando y adaptándose a los cambios. En segundo lugar, el tribunal ha dejado claro que no es competencia de la ley valorar, sancionar o acreditar intenciones y objetivos políticos. La labor del poder judicial es aplicar la ley, no reemplazar al poder legislativo ni prohibir hacer política.
Antes de que el verano se lleve todo por delante y nos deje al borde de algo refrescante, el Partido Popular y su líder, Alberto Núñez Feijóo, ya tienen la excusa perfecta para convocar su séptima manifestación contra el gobierno de Pedro Sánchez. La posibilidad de una pancarta que reúna las palabras «amnistía» y «corrupción» en la misma frase es demasiado tentadora para el relato antisanchista. Además, esta manifestación podría ser una forma de salir del ridículo épico en el que se han metido al apoyar a líderes como Donald Trump y Mark Rutte, demostrando una vez más su tendencia a elegir el bando equivocado.
En definitiva, el dictamen del Tribunal Constitucional ha sido una victoria para la democracia y el Estado de Derecho en España. Se ha demostrado que la política se hace en las instituciones y no en los juzgados, y que la Constitución es un marco sólido y flexible para seguir avanzando como sociedad. presente es el momento de dejar atrás las diferencias y trabajar juntos por un esperanza mejor para todos los españoles.