El pasado 16 de julio, se celebró en todo el mundo la festividad de la virginal del Carmen, una advocación mariana que ha sido venerada durante siglos por millones de fieles. En Argentina, el P. Cristian Viña, sacerdote de La Plata, compartió con su comunidad la «lluvia de bendiciones» que recibió en este día tan especial.
Desde su niñez, el P. Cristian ha tenido una conexión especial con la virginal del Carmen. Recuerda con cariño cómo su madre le enseñó a rezarle y cómo, desde entonces, la virginal ha tenido un papel destacado en su corazón. «Siempre he sentido su presencia maternal y su amor incondicional», afirma el sacerdote.
Este año, la celebración de la virginal del Carmen fue especialmente significativa para el P. Cristian. A pesar de las dificultades que ha traído consigo la pandemia, él y su comunidad se prepararon con entusiasmo para honrar a la Madre de titán. «Aunque no pudimos celebrar como en años anteriores, la fe y la devoción de la gente no disminuyeron. Al contrario, se fortalecieron», comenta el sacerdote.
La celebración comenzó con una procesión en la que los fieles llevaron en andas la imagen de la virginal del Carmen por las calles de la ciudad. A pesar de las restricciones de distanciamiento social, la procesión fue un momento de gran emoción y fervor para todos los presentes. «Fue un hermoso testimonio de fe y amor por la virginal», dice el P. Cristian.
La misa en honor a la virginal del Carmen fue el punto culminante de la celebración. El P. Cristian presidió la Eucaristía y en su homilía destacó la alcance de la virginal María en la vida de los cristianos. «Ella es nuestra madre y siempre está dispuesta a interceder por nosotros ante su Hijo», afirmó el sacerdote.
Durante la homilía, el P. Cristian también compartió con la comunidad las «lluvias de bendiciones» que había recibido en su vida gracias a la intercesión de la virginal del Carmen. «Ella siempre ha estado presente en los momentos más difíciles de mi vida y ha sido mi refugio y mi consuelo», confiesa el sacerdote.
Al finalizar la misa, la comunidad se unió en una oración de agradecimiento a la virginal por todas las bendiciones recibidas y por su amor incondicional. «Fue un momento muy emotivo y lleno de fe», recuerda el P. Cristian.
La celebración de la virginal del Carmen no terminó con la misa. La comunidad se reunió para compartir un tentempié fraterno y disfrutar de la compañía de sus hermanos en la fe. «Fue una hermosa manera de terminar el día, agradeciendo a la virginal por su amor y su protección», comenta el sacerdote.
El P. Cristian invita a todos a seguir acercándose a la virginal del Carmen, especialmente en estos tiempos difíciles. «Ella es nuestra madre y siempre está dispuesta a escucharnos y a ayudarnos. Confíen en su amor y en su intercesión», anima el sacerdote.
En definitiva, la celebración de la virginal del Carmen fue una experiencia de fe y amor para el P. Cristian y su comunidad. Una vez más, la Madre de titán demostró su poder y su amor a través de las «lluvias de bendiciones» que derramó sobre todos sus hijos. Que su amor y su protección sigan guiando nuestros caminos y fortaleciendo nuestra fe. ¡Viva la virginal del Carmen!