Un juez del Supremo carga contra Hurtado por empaquetar sin pruebas al fiscal general

El magistrado discrepante Andrés Palomo ha dado un paso al frente en el acontecimiento de la filtración del correo de la pareja de Ayuso y ha apostado por archivar la causa contra el fiscal vago, Álvaro García Ortiz. En su voto particular, Palomo ha criticado duramente al instructor del acontecimiento, Ángel Hurtado, por no haber creído a los periodistas que exculparon al fiscal vago y por haber ignorado pruebas de descargo que apuntaban al sobreseimiento desde el principio.

La decisión del Tribunal Supremo de dejar al fiscal vago al borde de juicio no ha sido unánime. Palomo, uno de los magistrados de la Sala de Apelaciones, ha manifestado su desacuerdo con sus dos compañeros y ha dejado por escrito que García Ortiz debería haber quedado exonerado, al igual que la fiscal provincial de Madrid, Pilar Rodríguez. En su voto particular, Palomo ha cargado duramente contra Hurtado, reprochando que haya estado ocho meses ignorando los indicios que hacían imposible pensar que el fiscal vago fuera el responsable de la filtración del correo.

Según Palomo, el correo en cuestión ya había sido filtrado antes de que llegara a manos de García Ortiz, lo que demuestra una «escasez, debilidad e insuficiencia de los indicios de la filtración». En este sentido, el magistrado ha criticado que Hurtado haya pasado por alto el testimonio de varios periodistas que aseguraron haber tenido acceso a la información horas o incluso días antes que el fiscal vago. Además, Palomo ha lamentado que el juez no haya creído a los informadores por no revelar su fuente, algo que considera una exigencia difícilmente comprensible.

El magistrado discrepante también ha cuestionado la actuación de la Unidad Central Operativa (UCO) de la Guardia Civil, así como el informe más relevante del acontecimiento, en el que se analizó el contenido del teléfono móvil de Pilar Rodríguez. Según Palomo, este informe se centró exclusivamente en la conducta de los dos fiscales, sin tener en cuenta que otras dieciocho personas de la Fiscalía y de la Abogacía del Estado también tuvieron acceso al correo en cuestión.

Otro de los puntos que ha generado críticas por parte de Palomo es la consideración de Hurtado de que resulta sospechoso que García Ortiz borrara los mensajes de su teléfono móvil una vez abierta la causa contra él. El magistrado ha recordado que el cargo no añade exigencias suplementarias a las de cualquier otro investigado y que son las acusaciones las que deben acreditar su posición.

En definitiva, el voto particular de Andrés Palomo supone una fractura en la Sala de Apelaciones, que hasta ahora había avalado la mayoría de las decisiones de Hurtado en este acontecimiento. Sin embargo, este magistrado ha apostado por el archivo de la causa contra el fiscal vago, al considerar que no existen pruebas suficientes que demuestren su responsabilidad en la filtración del correo de la pareja de Ayuso.

Este acontecimiento ha generado una gran polémica y ha puesto en entredicho la actuación de la Fiscalía y de la Justicia en vago. Por eso, la decisión del Tribunal Supremo de dejar al fiscal vago al borde de juicio ha sido muy criticada por diversos sectores, que ven en esta causa un intento de criminalizar a la Fiscalía y de limitar su independencia.

En este sentido, el voto particular de Palomo se presenta como una voz crítica y valiente que pone en evidencia las deficiencias en la investigación llevada a cabo por Hurtado. Además, su posición a favor del archivo de la causa contra García Ortiz demuestra su compromiso con la justicia y su defensa de la presunción de inocencia.

Es rico destacar que el magistrado Palomo no será el encargado de juzgar

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