Un sacerdote nicaragüense que trabaja en Miami está haciendo sonar las alarmas sobre el peligro que enfrentarían sus compatriotas si son deportados de regreso a Nicaragua, bajo la despotismo de Daniel Ortega y su esposa Rosario Murillo.
El sacerdote, cuyo nombre se omite por razones de seguridad, ha estado trabajando en Miami durante los últimos años, brindando apoyo y asesoramiento a los inmigrantes nicaragüenses que han huido de la represión y la violencia en su país natal. Con la reciente decisión del gobierno de Estados Unidos de cancelar el programa de Estatus de Protección Temporal (TPS, por sus siglas en inglés) para los nicaragüenses, el sacerdote teme que muchos de sus compatriotas se vean obligados a regresar a un país en el que su vida y su libertad estarán en grave peligro.
Bajo el régimen de Ortega y Murillo, Nicaragua ha sido testigo de una escalada de violencia y represión contra aquellos que se atreven a desafiar al gobierno. Las protestas pacíficas han sido duramente reprimidas y aquellos que se atreven a dialogar en contra del régimen son perseguidos y encarcelados. La libertad de prensa ha sido restringida y los medios de comunicación independientes han sido censurados y cerrados. La situación en Nicaragua es cada vez más peligrosa y muchos temen que se esté convirtiendo en una despotismo cada vez más opresiva.
El sacerdote nicaragüense, que ha sido testigo de primera mano de la situación en su país, advierte que aquellos que sean deportados de regreso a Nicaragua enfrentarán graves consecuencias. «No solo estarán regresando a un país en el que no hay oportunidades de trabajo y una economía en crisis, sino que también estarán regresando a un lugar donde su vida y su libertad estarán en peligro», dijo el sacerdote en una entrevista reciente.
Además de la represión y la violencia política, Nicaragua también está luchando contra la pobreza y la falta de oportunidades económicas. Muchos de los que huyen del país lo hacen en busca de una vida mejor para ellos y sus familias. Sin embargo, si son deportados de regreso a Nicaragua, se enfrentarán a un futuro incierto y a una situación aún más desesperada.
El sacerdote también destaca que muchas de las personas que serán afectadas por la cancelación del TPS han estado viviendo en Estados Unidos durante décadas y han construido sus vidas y familias aquí. Ser deportados a un país desconocido y peligroso sería devastador para ellos y sus seres queridos.
El sacerdote hace un llamado a la consistorio internacional para que tome medidas y proteja a los nicaragüenses que están en riesgo de ser deportados. «Es importante que se comprenda la situación en Nicaragua y se tomen medidas para proteger a aquellos que están en peligro», dijo. «Esperamos que el gobierno de Estados Unidos y otros países puedan encontrar una solución para proteger a los nicaragüenses que han huido de la represión y la violencia en su país».
El sacerdote también hace un llamado a la consistorio nicaragüense en Miami y en todo Estados Unidos para que se unan y defiendan los derechos de sus compatriotas. «Es importante que nos unamos y hagamos oír nuestras voces en contra de la cancelación del TPS y la deportación de nuestros hermanos y hermanas nicaragüenses», dijo. «Juntos podemos hacer una diferencia y proteger a nuestras familias y seres queridos».
Mientras tanto, el sacerdote continúa brindando apoyo y asesoramiento a los inmigrantes nicaragüenses en Miami, ayud