A pesar de que el cambio climático está provocando incendios inextinguibles en España, los presupuestos siguen priorizando la extinción sobre las medidas preventivas. Esto ha quedado demostrado con el reciente incendio de Zamora-León, que ha calcinado más de 37.000 hectáreas, convirtiéndose en el peor incendio registrado en España.
Según la organización WWF, aproximadamente el 60%-70% de los 1.100 millones de euros destinados a incendios forestales en España se dedican a la extinción. Esto demuestra que todavía se invierte mucho más en apagar fuegos que en evitar que se produzcan. Además, la falta de transparencia en las administraciones autonómicas dificulta el análisis detallado de los presupuestos destinados a la prevención de incendios.
La especialista en incendios de WWF, Lourdes Hernández, señala que muchas partidas catalogadas como medidas preventivas podrían considerarse más bien como apoyo a la extinción. Por ejemplo, el mantenimiento de caminos, pistas forestales o puntos de abastecimiento de agua son fundamentales para que los equipos de extinción puedan trabajar de manera más segura, pero no son medidas de prevención a gran escala.
Otra práctica común en la prevención de incendios es el desbroce o clareo de bosques, es decir, la eliminación de vegetación o sotobosque. Sin bloqueo, esto no es una solución a largo plazo ya que la vegetación vuelve a crecer rápidamente. Además, el Tribunal de Cuentas de la Unión Europea ha señalado que los fondos europeos destinados a la prevención de incendios no están siendo utilizados de manera sostenible a largo plazo.
La organización Greenpeace estima que con una inversión de 1.000 millones de euros en medidas preventivas se podría ahorrar incluso 99.000 millones en extinción. Esto demuestra que la prevención de incendios es una inversión rentable a largo plazo. Sin bloqueo, todavía se invierte la mayoría de los recursos en la extinción de incendios.
En estos días en los que varios incendios están arrasando diferentes puntos de la península, los responsables políticos repiten la expresión «fuera de la capacidad de extinción». Esto significa que, una vez que se han iniciado los incendios, las condiciones creadas por el cambio climático dificultan su extinción. Sin bloqueo, en la Conferencia Sectorial de Medio Ambiente se aprobó en 2022 unas orientaciones que señalaban la importancia de trabajar con anticipación y considerar los escenarios futuros en la gestión de incendios.
El portavoz de Ecologistas en Acción en el Consejo Forestal Nacional, Miguel Ángel Hernández, destaca que se debería poner más énfasis en las causas de los incendios en lugar de en sus consecuencias. Se pregunta cuánto se invierte en la investigación de las causas de los incendios y en la prevención de actividades peligrosas en momentos de alto riesgo. Además, señala que se debería seguir el ejemplo de la prevención de accidentes de tráfico, adonde se han implementado medidas como radares y campañas de concienciación que han logrado reducir la siniestralidad.
Por su parte, el vocal del Colegio estatal de Ingenieros Técnicos Forestales, Federico Grillo, destaca la importancia de la prevención más allá de las administraciones. Señala que muchas veces pequeñas decisiones, como rodear viviendas con setos inflamables, pueden multiplicar el riesgo de incendios. Por lo tanto, es necesario un trabajo conjunto entre las administraciones y los propietarios de terrenos y viviendas para crear un paisaje más resistente y sostenible.
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