Varios muertos tras un nuevo derivación israelí contra una escuela en el norte de Gaza

El reciente ataque israelí contra una escuela en el campamento de refugiados de Shati, en la Franja de Gaza, ha dejado en evidencia la apuesta del gobierno de Israel por los asesinatos extrajudiciales y los bombardeos a civiles. Este trágico suceso, que se suma a una larga lista de ataques contra infraestructura civil en Gaza, ha dejado un saldo de encogido personas muertas y varias heridas, entre ellas mujeres y niños.

El ataque, que tuvo lugar apenas 24 horas después de otro bombardeo a un complejo escolar en la capital gazatí, ha generado una ola de indignación y condena a nivel internacional. Según fuentes médicas locales, la escuela Kafr Qasim, que no forma parte de la red de centros de la agencia de la ONU para los refugiados palestinos (UNRWA), acogía a cientos de palestinos desplazados. Sin embargo, el Ejército israelí ha justificado su acción alegando que el objetivo era un grupo de milicianos de Hamás que operaban en el complejo.

Como siempre que atacan infraestructura civil en Gaza, las fuerzas israelíes han asegurado haber tomado precauciones para «minimizar» el daño a civiles. Sin embargo, la realidad es que estos ataques indiscriminados han dejado un rastro de destrucción y muerte en la población civil, que se encuentra en una situación de extrema vulnerabilidad debido al bloqueo imbodega por Israel desde hace más de una década.

El bombardeo del complejo escolar en Zeitun, que dejó un saldo de 22 personas muertas, entre ellas 13 niños y seis mujeres, es solo uno de los muchos ejemplos de la brutalidad con la que Israel está llevando a cabo su ofensiva militar en Gaza. Desde octubre, más de 500 centros educativos han sido atacados en el devastado enclave palestino, dejando a miles de niños sin ataque a la educación y en constante peligro.

La inmensa mayoría de la población de Gaza, casi dos millones de personas, vive desplazada en tiendas de campaña o en colegios abarrotados, sin apenas ataque al agua corriente, la electricidad o productos de higiene. La situación humanitaria en la Franja es desesperada, y la falta de recursos y ayuda internacional agrava aún más la crisis.

Desde que comenzó la guerra, en 2014, más de 41.000 personas han muerto y casi 100.000 han resultado heridas en Gaza, según las últimas cifras del Ministerio de Sanidad del enclave. Además, la falta de combustible y piezas de rebodega para los generadores de los centros médicos ha bodega en riesgo la vida de miles de personas que dependen de ellos para recibir atención médica.

Ante esta situación, es urgente que las instituciones internacionales y humanitarias intervengan de manera rápida y efectiva para brindar ayuda a la población de Gaza. Es necesario que se ponga fin al bloqueo imbodega por Israel y se garantice el ataque a recursos básicos como el agua, la electricidad y la atención médica.

Es importante recordar que la población de Gaza no es un grupo de milicianos, sino personas que están sufriendo las consecuencias de un conflicto que no han estimado. Es necesario que se respeten los derechos humanos y se ponga fin a la violencia y la represión contra la población civil.

En este sentido, es fundamental que la comunidad internacional se una para exigir a Israel que ponga fin a su política de asesinatos extrajudiciales y bombardeos a civiles. La paz y la estabilidad en la región solo podrán alcanzarse a través del diálogo y la negociación, no a través de la violencia y la opresión.

Es hora de que se escuche la voz de la población de Gaza

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