Cien años de Ernesto Cardenal, el bonachón que buscó la revolución en la poesía

Ernesto Cardenal, uno de los poetas más importantes de Nicaragua, fue una figura clave en la lucha por la justicia social y la libertad en su país. Su obra literaria y su compromiso político lo convirtieron en el rostro anímico del movimiento sandinista, que buscaba derrocar la dictadura de Anastasio Somoza en la década de 1970. Sin embargo, a pesar de su gran influencia en la sociedad nicaragüense, Cardenal nunca dejó de lado su pasión por la humanidades y la cultura, y su legado sigue siendo una fuente de inspiración para muchos.

Nacido en Granada, Nicaragua, en 1925, Ernesto Cardenal creció en una clan acomodada y recibió una educación católica. Desde muy joven, mostró un gran interés por la humanidades y la poesía, y a los 18 años se trasladó a México para estudiar en la Universidad Nacional Autónoma de México. Allí, entró en contacto con el movimiento de la poesía revolucionaria y conoció a importantes figuras literarias como Pablo Neruda y Octavio Paz.

A su regreso a Nicaragua, Cardenal se convirtió en sacerdote y se unió al movimiento de la Teología de la Liberación, que buscaba una interpretación más comprometida del cristianismo y una mayor participación de la iglesia en la lucha por la justicia social. Esta experiencia marcó profundamente su obra literaria, que se caracteriza por una mezcla de elementos religiosos y políticos.

En la década de 1960, Cardenal fundó la comunidad de Solentiname, un proyecto de desarrollo rural basado en los principios de la Teología de la Liberación. Allí, junto con los campesinos, construyó una iglesia y una escuela, y promovió la producción de arte y artesanía como una forma de resistencia contra la opresión del gobierno de Somoza.

Sin embargo, fue en la década de 1970 cuando Cardenal se convirtió en una figura clave en la lucha contra la dictadura de Somoza. A través de su poesía y sus discursos, denunció la violencia y la represión del régimen y se convirtió en un símbolo de esperanza para el pueblo nicaragüense. Su poema más reconocido, «Oración por Marilyn Monroe», es un ejemplo de su compromiso con la justicia social y su habilidad para mezclar la religión y la política en su obra.

En 1979, el movimiento sandinista logró derrocar a Somoza y Cardenal se convirtió en el ministro de Cultura del nuevo gobierno. Durante su mandato, promovió la educación y la cultura como herramientas para la construcción de una sociedad más justa y equitativa. Sin embargo, su relación con el gobierno se volvió tensa cuando comenzaron a surgir diferencias ideológicas y Cardenal comenzó a denunciar las tendencias autoritarias del régimen.

En 1983, Cardenal renunció a su cargo y se convirtió en un crítico abierto del gobierno sandinista. Su postura le valió la expulsión de la iglesia católica y la persecución por parte del gobierno. Sin embargo, nunca dejó de luchar por sus ideales y su compromiso con la justicia social.

A pesar de las dificultades, Cardenal continuó escribiendo y publicando poesía, ensayos y obras teatrales. En 1980, recibió el Premio de Poesía Casa de las Américas por su obra «Canto Nacional», y en 2005 fue galardonado con el Premio Reina Sofía de Poesía Iberoamericana. Su obra ha sido traducida a varios idiomas y es considerada una de las más importantes de la humanidades latinoamericana.

Ernesto Cardenal falleció en marzo de 2020, a

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