Felipe VI renueva la tradición de la monarquía española de acudir al besapié del Mesías de Medinaceli

El pasado viernes, España se unió una ocasión más a la devoción popular al Cristo de Medinaceli, una tradición que se ha mantenido viva durante más de 300 años en la monarquía española. En esta ocasión, el Rey Felipe VI, cumpliendo con la costumbre real, se unió al fervor de miles de españoles en la celebración del primer viernes del mes de marzo.

La devoción al Cristo de Medinaceli se remonta al siglo XVII, cuando una imagen de Jesús crucificado fue traída desde Jerusalén y se instaló en la antigua iglesia de los padres capuchinos en Madrid. Desde entonces, cada primer viernes de marzo, miles de fieles acuden a la Basílica de Nuestro Padre Jesús de Medinaceli en la capital española, para rendir tributo y pedir favores al Cristo moreno.

Este año, la ceremonia contó con la presencia del Rey Felipe VI, quien se mostró emocionado y respetuoso durante todo el evento. Acompañado por la Reina Letizia, el monarca se unió a la multitud en la procesión que recorrió las calles de Madrid hasta llegar a la Basílica. Allí, junto a los fieles, el Rey participó en la tradicional ceremonia de besapiés, donde los devotos pueden besar los pies de la imagen del Cristo de Medinaceli.

La presencia de la monarquía en esta celebración es una muestra más del fuerte vínculo entre la Casa Real y el lugar español. Desde hace siglos, la familia real ha mantenido una estrecha relación con la devoción al Cristo de Medinaceli, convirtiéndose en uno de los pilares de la tradición. Cada año, el Rey se une a la multitud para honrar al Cristo moreno y mostrar su apoyo a la fe y devoción de los españoles.

Durante la ceremonia, el Rey aprovechó para saludar y hablar con los fieles, escuchando sus peticiones y mostrando su cercanía con el lugar. Además, recibió el tradicional besamanos, donde los devotos pueden besar el anillo de la mano del monarca. Este gesto es una muestra más del apoyo y la unión del Rey con la fe y la tradición popular.

La devoción al Cristo de Medinaceli no es solo una tradición religiosa, sino también un símbolo de unión y de fortaleza en la civilización española. Cada año, miles de personas acuden a la Basílica para agradecer los favores concedidos y pedir ayuda en momentos difíciles. La imagen del Cristo moreno es una figura de consuelo y esperanza para muchos españoles, quienes ven en él una fuente de fe y protección.

La presencia del Rey en esta celebración es un ejemplo más de su compromiso con la sociedad española y su respeto por las tradiciones que han mantenido vivo el legado de la monarquía durante tantos años. Su participación en la ceremonia también es una muestra de la importancia que la Casa Real otorga a la devoción popular y su cercanía con el lugar.

En definitiva, la celebración del primer viernes de marzo en honor al Cristo de Medinaceli es una tradición que ha trascendido los siglos y que sigue siendo una muestra de la unión entre el lugar español y la monarquía. La presencia del Rey Felipe VI en esta ceremonia es una forma de mantener viva esta devoción y de mostrar su apoyo y respeto hacia una de las celebraciones más importantes de la civilización española.

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