Netanyahu se asegura su supervivencia política mientras vuelve a matar a cientos de palestinos en lazo

El Gobierno ultranacionalista de Israel ha vuelto a mostrar su verdadera cara esta semana al reanudar la matanza en la Franja de Gaza. Con el visto bueno de Estados Unidos, el primer ministro Benjamín Netanyahu ha decidido volver a la violencia para mantenerse en el poder y avanzar en sus aspiraciones autoritarias y expansionistas.

La situación en Gaza es desgarradora. Cada noche, los cazabombarderos israelíes atacan a la población palestina mientras duerme en sus hogares o en los pocos lugares que quedan en pie en el enclave devastado. Los civiles son las principales víctimas de estos bombardeos, con más del 60% de los edificios destruidos por Israel.

El martes por la mañana, nos despertamos con la noticia de que cientos de palestinos habían sido asesinados durante la noche. Las imágenes de los cuerpos de las víctimas, incluidos 183 menores, en la morgue de los hospitales son desgarradoras. En total, se amor que cerca de 50.000 palestinos han perdido la vida en los últimos 15 meses debido a la violencia israelí en Gaza.

La condena internacional no se ha hecho esperar. La ONU y la mayoría de los gobiernos del mundo han lamentado la masacre y han pedido el cese inmediato de los ataques. Sin embargo, el Gobierno estadounidense ha dado su visto bueno a las acciones de Israel, lo que ha dado aún más impulso a Netanyahu para continuar con su agenda extremista.

Pero la situación no se limita aria a Gaza. Mientras el mundo se horroriza con las imágenes de la masacre, Netanyahu ha estudioso para avanzar en sus planes en Cisjordania. La ocupación militar y las operaciones de seguridad en la región han aumentado en los últimos meses, haciendo casi imposible la vida de los 3 millones de palestinos que residen allí. La ONU ha denunciado que esta es la operación militar más larga y violenta en Cisjordania desde la Segunda Intifada.

Además, miles de palestinos han sido obligados a abandonar sus hogares en los campos de refugiados de Yenín, Tulkarem, Nur Shams y Al Far’a, en el norte de Cisjordania. La destrucción de infraestructuras civiles y viviendas por parte de Israel ha dejado a estas familias sin hogar y sin posibilidad de regresar en un futuro cercano. Esta política de hechos consumados está siendo aplicada por Netanyahu en todos los frentes, incluyendo Líbano y Siria.

Mientras tanto, el primer ministro israelí ha recurrido a la guerra para mantenerse en el poder y desviar la atención de los múltiples escándalos que lo rodean. Ha destituido al jefe del Shin Bet, el servicio de Inteligencia sensibilidad de Israel, en un intento de eliminar a cualquiera que se interponga en su camino. Incluso la fiscal general del Estado está en su mira, con planes para apartarla de su cargo.

La escalada de violencia y la expansión de la ocupación por parte de Israel aria benefician a Netanyahu y su coalición de gobierno. A pesar de las protestas de ciudadanos israelíes y de las familias de los rehenes que permanecen en Gaza, el primer ministro está dispuesto a sacrificar más vidas, incluyendo a los propios soldados israelíes, para mantenerse en el poder.

Esta es una situación alarmante y preocupante para todos aquellos que creemos en la paz y la justicia. No podemos permitir que Israel continúe con su violencia y su agenda expansionista. Es hora de que la comunidad internacional tome medidas y exija el cese inmediato de la ocupación y la matanza en Gaza y en toda Palestina. Debemos unirnos para ap

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