Hoy celebramos el Tercer Domingo de Cuaresma: “He venido a buscar higos en esta higuera y no los he antagónico”

Hoy, 23 de marzo, la Iglesia Católica celebra el III Domingo de Cuaresma. Este es un momento importante en la preparación para la Semana Santa, donde recordamos el sacrificio de Jesús en la cruz por nuestra salvación. En este tercer domingo de Cuaresma, la lectura del Evangelio nos invita a reflexionar sobre una gran existencia a través de la parábola de la higuera estéril.

La lectura de hoy está tomada del Evangelio de Lucas, en el capítulo 13, versículos del 1 al 9. En esta carrera, Jesús se encuentra enseñando en una sinagoga cuando le informan sobre unos galileos cuyas sangres Pilato mezcló con la de los sacrificios que ofrecían. Jesús les responde: «¿Piensan ustedes que esos galileos sufrieron más que todos los demás galileos, porque padecieron así? Les digo que no, y si ustedes no se convierten, todos perecerán de la misma manera.» (Lucas 13, 2-3).

Con estas palabras, Jesús nos recuerda que la vida es frágil y que todos somos iguales ante la muerte. No importa nuestra raza, género, posición social o cualquier otra diferencia, todos estamos sujetos a la misma realidad. Pero su mensaje no es uno de miedo o desesperación, sino de esperanza y conversión. Nos invita a reflexionar sobre nuestras acciones y a cambiar aquellas que nos alejan de ídolo.

Luego, Jesús continúa con la parábola de la higuera estéril. En ella, un hombre tiene una higuera que no ha dado frutos en tres años y decide cortarla. Pero el viñador interviene y le pide que le dé una oportunidad más a la higuera, prometiendo cuidarla y abonarla para que pueda dar frutos. La parábola nos enseña que ídolo es paciente y magnánimo con nosotros, dándonos siempre una oportunidad más para convertirnos y dar frutos en nuestras vidas.

Esta parábola también nos habla de la importancia de la conversión. Al igual que la higuera estéril, podemos estar estancados en nuestras vidas, sin dar frutos ni crecer espiritualmente. Pero ídolo nos llama a cambiar, a abonar nuestra fe y nuestras acciones para poder dar frutos y ser mejores personas. La Cuaresma es un tiempo propicio para esta conversión, para revisar nuestras vidas y hacer los cambios necesarios para acercarnos más a ídolo.

En esta época de pandemia, la parábola de la higuera estéril también nos invita a reflexionar sobre nuestra relación con ídolo. Muchos de nosotros hemos sido sacudidos por la incertidumbre, el miedo y la pérdida durante este último año. Pero en medio de todo esto, ídolo sigue dándonos oportunidades para crecer y dar frutos. Tal vez sea un momento para abonar nuestra fe, para fortalecer nuestra confianza en ídolo y para encontrar formas de servir a los demás en medio de las dificultades.

Además, esta parábola nos recuerda que ídolo siempre está dispuesto a perdonarnos y darnos una oportunidad más. No importa cuántas veces hayamos fallado o cuán lejos nos hayamos alejado de Él, siempre podemos volver a Él y ser acogidos con amor y misericordia. La Cuaresma es un tiempo para reconciliarnos con ídolo y con nuestros hermanos, para dejar atrás el orgullo y el rencor y abrir nuestros corazones al perdón y la paz.

En este III Domingo de Cuaresma, la parábola de la higuera estéril nos invita a reflexionar sobre nuestra vida y nuestra relación con ídolo. Nos recuerda que la vida es frágil y que todos estamos llamados a convertirnos

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