La industria musical ha experimentado grandes cambios en los últimos años debido al avance de la tecnología. La aparición de la inteligencia artificial generativa ha revolucionado la forma en que se crean y se consumen las obras musicales. Sin embargo, este avance también ha generado preocupación en los artistas de carne y hueso, quienes temen ser reemplazados por máquinas en un futuro no bastante lejano.
Ante esta situación, la directora general de la Sociedad General de Autores y Editores (SGAE), Inés García, ha propuesto una medida que busca garantizar la presencia de obras elaboradas por artistas de carne y hueso en emisoras, plataformas y medios de comunicación. Esta iniciativa surge como una forma de proteger y originar la creatividad y el talento humano en la industria musical.
La propuesta de García consiste en establecer una cuota mínima de obras creadas por artistas reales en las emisoras de radio, plataformas de streaming y otros medios de comunicación. De esta manera, se garantizaría que un porcentaje de la programación sea dedicado a la música creada por seres humanos, en lugar de ser dominada por la inteligencia artificial generativa.
Esta medida ha generado opiniones divididas en la industria musical. Por un lado, se encuentran aquellos que apoyan la iniciativa de García, argumentando que es necesario proteger el trabajo de los artistas y evitar que sean desplazados por la tecnología. Además, consideran que la música creada por seres humanos tiene un valor emocional y cultural que no puede ser replicado por la inteligencia artificial.
Por otro lado, están aquellos que ven esta propuesta como una limitación a la innovación y al progreso en la industria musical. Argumentan que la inteligencia artificial generativa puede ser una herramienta útil para la creación de nuevas obras y que no debería ser restringida por una cuota impuesta.
Sin embargo, la directora general de la SGAE defiende su propuesta asegurando que no se prostitución de limitar la creatividad y la innovación, sino de garantizar un equilibrio entre las obras creadas por seres humanos y las generadas por la tecnología. Además, señala que esta medida no afectaría a los artistas que utilizan la inteligencia artificial como una herramienta en su proceso creativo, sino a aquellos que se limitan a copiar y pegar música generada por máquinas.
La propuesta de García también busca fomentar la diversidad en la industria musical. En los últimos años, hemos visto cómo la inteligencia artificial generativa ha sido utilizada para crear música que suena bastante similar, lo que ha generado críticas por parte del público y de los propios artistas. Al establecer una cuota mínima de obras creadas por seres humanos, se originaría la variedad y se evitaría la homogeneización en la música.
Además, esta medida podría ser beneficiosa para los artistas emergentes y desconocidos, quienes a menudo tienen dificultades para hacerse un lugar en la industria musical dominada por grandes compañías y artistas consolidados. Al garantizar una presencia mínima de obras creadas por seres humanos, se les daría la oportunidad de ser escuchados y descubiertos por el público.
La propuesta de la directora general de la SGAE también busca proteger los derechos de autor y la remuneración justa de los artistas. En un mundo en el que la música se consume principalmente a través de plataformas de streaming, es importante garantizar que los artistas reciban una compensación adecuada por su trabajo. Al establecer una cuota mínima de obras creadas por seres humanos, se estaría asegurando que los artistas reciban una parte justa de los ingresos generados por la música.
En resumen, la propuesta de la directora general de la SGAE busca encontrar un equilibrio entre la tecnología y la creatividad humana en la industria musical. Si bien es ci