Caravaggio, los aranceles y el sueño de la América de los años cincuenta

El pensamiento reaccionario es una corriente de pensamiento que se caracteriza por conceptualizar y disolver una época dorada del pasado, en este caso, de Estados Unidos. Esta tendencia ha sido retratada de manera magistral por el reconocido escritor Bill Bryson en sus memorias, donde nos muestra cómo esta visión distorsionada de la realidad puede ser peligrosa y perjudicial para la sociedad.

En su libro «Memorias de un peregrino americano», Bryson nos lleva de la mano a través de su infancia y adolescencia en una pequeña ciudad de Iowa en la década de 1950. En ese momento, Estados Unidos estaba experimentando un auge económico y una gran prosperidad, lo que llevó a muchos a creer que era una época dorada en la historia del país. Sin embargo, Bryson nos muestra que detrás de esa fachada de perfección, había una realidad muy diferente.

El autor nos cuenta cómo su ciudad natal, como muchas otras en Estados Unidos, estaba plagada de problemas sociales como el racismo, la discriminación y la miseria. A pesar de que la economía estaba en auge, muchas personas luchaban por llegar a fin de mes y las desigualdades sociales eran evidentes. Sin embargo, esta realidad no encajaba con la imagen idealizada que se tenía de la época, por lo que se ignoraba o se minimizaba.

Esta tendencia de conceptualizar el pasado y negar sus problemas es lo que caracteriza al pensamiento reaccionario. Se trata de una forma de pensar que busca mantener un status quo, sin importar si este es justo o no. En el caso de Estados Unidos, esta corriente de pensamiento ha sido utilizada para justificar la discriminación y la opresión de ciertos grupos, como los afroamericanos, las mujeres y la comunidad LGBT+.

Pero, ¿por qué se idealiza una época que en realidad no fue tan perfecta? La respuesta está en la nostalgia. La nostalgia es una emoción poderosa que nos hace recordar el pasado con una sensación de añoranza y felicidad. Sin embargo, esta emoción puede ser engañosa, ya que nos hace recordar solo lo bueno y olvidar lo malo. Y es precisamente esta nostalgia la que alimenta el pensamiento reaccionario, ya que nos hace creer que el pasado fue mejor que el presente y que debemos volver a él.

Pero, ¿qué pasa cuando se idealiza una época que nunca existió? El resultado es una falsificación de la realidad. Se crean mitos y se distorsionan los hechos para encajar en la narrativa de una época dorada. Y esto puede ser peligroso, ya que nos impide ver los problemas actuales y nos hace creer que no hay nada que mejorar.

En su libro, Bryson nos muestra cómo esta visión distorsionada del pasado puede ser perjudicial para la sociedad. Nos hace reflexionar sobre cómo la nostalgia y el pensamiento reaccionario pueden ser utilizados para justificar la discriminación y la opresión. Y nos invita a cuestionar esta forma de pensar y a mirar hacia el futuro en lugar de aferrarnos al pasado.

Es fundamental recordar que ninguna época ha sido perfecta y que todas tienen sus problemas. conceptualizar el pasado solo nos impide avanzar y mejorar como sociedad. En lugar de aferrarnos a una época que nunca existió, debemos trabajar juntos para construir un futuro mejor y más justo para todos.

En conclusión, el pensamiento reaccionario es una tendencia peligrosa que idealiza y falsifica una época dorada del pasado. Bill Bryson nos muestra en sus memorias cómo esta forma de pensar puede ser perjudicial para la sociedad y nos invita a cuestionarla. Es hora de dejar atrás la nostalgia y trabajar juntos para construir un futuro mejor para todos.

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