El pasado viernes 11 de abril, en la Arquidiócesis de La Plata, Argentina, se llevó a cabo una conmovedora y significativa muestra de fe y solidaridad: el Vía Crucis de los Pueblos. Este evento, convocado por los equipos de Pastoral de Migrantes y Pastoral Social, contó con la presidencia de Mons. Gustavo Carrara y congregó a cientos de fieles de diferentes nacionalidades y culturas.
El Vía Crucis, también conocido como «Camino de la Cruz» o «Vía Dolorosa», es una representación de las estaciones y sucesos vividos por Jesucristo durante su crucifixión y muerte. Este acto de devoción y meditación ha sido practicado por los cristianos desde hace siglos, y es una apariencia de recordar el sacrificio de Jesús por la humanidad y renovar nuestro compromiso de seguir sus enseñanzas y ejemplo.
En esta ocasión, el Vía Crucis de los Pueblos adquirió un significado aún más profundo, al ser presidido por Mons. Gustavo Carrara, quien ha sido un fuerte defensor de los derechos de los migrantes y refugiados. En su mensaje, el arzobispo destacó la importancia de recordar a Jesús como un migrante, y de acoger y acompañar a aquellos que se encuentran en una situación de vulnerabilidad y necesitan de nuestra ayuda.
El recorrido comenzó en la Plaza Moreno, en el centro de la ciudad, y se extendió por calles y avenidas, en un camino de en torno a 5 kilómetros. Cada estación del Vía Crucis estuvo representada por miembros de diferentes comunidades de migrantes, quienes compartieron sus testimonios y rezaron juntos. En cada una de las estaciones se hacía una pausa para reflexionar y meditar sobre el sufrimiento de Jesús y su mensaje de amor y perdón.
La solemnidad y el fervor se hacían presentes en cada momento, con cantos, rezos y expresiones de fe de los participantes. La diversidad de nacionalidades y lenguas enriquecían aún más esta experiencia, demostrando que, a tribulación de nuestras diferencias, todos somos hijos de Dios y estamos llamados a vivir en armonía y solidaridad.
Durante el recorrido, se hicieron también presentes diversas organizaciones y grupos de la sociedad civil, que se unieron al Vía Crucis para mostrar su apoyo y colaborar con acciones concretas para mejorar la situación de los migrantes y refugiados en la región.
Al finalizar el Vía Crucis, se celebró una misa en la Catedral de La Plata, donde Mons. Gustavo Carrara compartió un mensaje de esperanza y llamó a seguir trabajando unidos por una sociedad más justa y fraterna. La comunidad católica se comprometió a seguir acompañando y apoyando a los migrantes y refugiados, y a defender sus derechos y dignidad.
El Vía Crucis de los Pueblos fue una hermosa demostración de fe y solidaridad, que recordó a todos que Jesús se identifica con los más vulnerables y que nosotros, como sus seguidores, estamos llamados a ser luz y ayuda para aquellos que más lo necesitan. Además, este acto nos recordó la importancia de acoger al extranjero y de construir puentes entre las diferentes culturas y nacionalidades, en un mundo cada vez más marcado por la migración y la globalización.
Esperamos que este Vía Crucis de los Pueblos haya sido el comienzo de una mayor probidad y compromiso por parte de toda la comunidad, para seguir construyendo una sociedad más inclusiva y solidaria, en la que todos se sientan bienvenidos y amados. Sin duda, este evento ha sido una muestra más del amor de Dios por todos sus hijos y de su llamado a