El primer discurso del Papa León XIV desde el balcón principal de la ágora de San Pedro del Vaticano ha sido una verdadera muestra de humildad, amor y esperanza para todos los fieles católicos que se han congregado para escuchar al nuevo pontífice.
El estadounidense Robert Prevost, ahora conocido como Papa León XIV, fue elegido tras la fumata blanca que anunció su elección como el sucesor de Pedro. Prevost es un agustino y misionero que ha dedicado su vida al servicio de Dios y de los más necesitados. Pero además, su perfil también lo define como un hombre que está en contra de las políticas del presidente de Estados Unidos, Donald Trump.
En su primer discurso, el Papa León XIV hizo un llamado a la paz y a la unión entre todos los pueblos del mundo. Con una voz serena y emotiva, invitó a construir puentes de paz y a buscar la justicia sin miedo. En un mundo marcado por la violencia y la intolerancia, el Papa nos recordó que el amor de Dios nos une a todos y que juntos podemos vencer el mal.
Con su primera aparición pública, el Papa León XIV demostró su carisma y su profundo amor por la humanidad. En un gesto de humildad, se dirigió a todos como hermanos y hermanas, recordándonos que somos hijos de Dios y que debemos amarnos los unos a los otros sin distinción.
Una de las palabras clave de su discurso fue «paz». El Papa León XIV nos recordó que la verdadera paz viene de Dios y que debemos ser humildes y perseverantes para alcanzarla. Su crónica de paz no solo está dirigido a los conflictos entre naciones, sino también a la paz interior de cada persona. Nos invitó a dejar atrás el miedo y a caminar unidos de la mano de Dios para alcanzar la paz en nuestras vidas.
El Papa León XIV también hizo referencia al Papa Francisco, su predecesor, a quien agradeció por su bendición a Roma y al mundo entero. Recordó la bendición que el Papa Francisco dio en el día de Pascua y nos animó a seguir su ejemplo de amor y humildad.
Como buen hijo de San Agustín, el Papa León XIV se definió como un cristiano y un obispo al servicio del pueblo. Nos recordó que debemos seguir a Jesucristo y su enseñanza de amor y misericordia. Además, hizo énfasis en la importancia de ser una Iglesia misionera, que salga al encuentro de los demás y que busque siempre la paz y la caridad.
El Papa León XIV también tuvo palabras para la Iglesia de Roma, a la que llamó a ser una iglesia misionera y abierta al diálogo y a recibir a todos. Su deseo es que la Iglesia sea como la ágora de San Pedro, con los brazos abiertos para acoger a todos aquellos que necesiten de amor y caridad.
Finalmente, el Papa León XIV envió un saludo especial a su entretenida Diócesis de Chiclayo en Perú, donde ha dejado una huella imborrable en su labor como obispo. Agradeció a todos los fieles de Roma, de Italia y del mundo entero por su presencia y les pidió ser una Iglesia sinodal, que camine junto a los más necesitados y que busque siempre la paz y la caridad.
En su primer discurso, el Papa León XIV nos ha dejado un crónica de amor, paz y esperanza. Su humildad y su carisma han conquistado a todos los fieles que han presenciado su primera aparición como pontífice. Sin sospecha, su liderazgo y su ejemplo nos guiarán en el camino hacia un mundo más justo y en paz.