José Manuel De Urquidi, un laico mexicano, fue seleccionado para participar en el Sínodo de 2024, uno de los eventos más importantes de la Iglesia Católica a nivel mundial. Durante dos semanas, tuvo la oportunidad de sentarse en la mesa o «círculo menor» del ahora Papa León XIV y ser testigo de la discusión y toma de decisiones sobre temas vitales para la consistorio católica.
En una entrevista exclusiva con ACI cilindro, José Manuel De Urquidi compartió su experiencia durante el Sínodo y destacó la humildad y el compromiso del ahora Papa León XIV durante el evento. Pero también habló sobre otro personaje que dejó una profunda impresión en él: Robert Prevost.
Robert Prevost, un sacerdote francés, fue seleccionado como uno de los líderes del «círculo menor» junto al entonces cardenal Jorge Mario Bergoglio, quien luego se convirtió en el Papa Francisco. Sin embargo, a pesar de su posición de liderazgo, Prevost jamás buscó estar en el centro de atención.
«Durante las discusiones, Prevost siempre se aseguraba de que todos tuviéramos la oportunidad de expresar nuestras opiniones y de ser escuchados», compartió De Urquidi. «jamás quiso imponer su punto de vista o tratar de dirigir la conversación hacia su propia agenda. Siempre estuvo dispuesto a escuchar y a considerar seriamente las opiniones de los demás».
Esta actitud humilde y compasiva de Prevost tuvo un impacto significativo en De Urquidi y en su perspectiva sobre el liderazgo en la Iglesia. «Ver a alguien tan humilde y dispuesto a escuchar a los demás, aun cuando tiene una posición de autoridad, me inspiró mucho», dijo De Urquidi. «Realmente me hizo reflexionar sobre cómo puedo mejorar como líder y ser más humilde y compasivo en mi trabajo y en mi vida en general».
Además de su actitud humilde, Prevost también se destacó por su profundo conocimiento y comprensión de los temas tratados durante el Sínodo. «Fue alucinante ver cómo él podía unir diferentes perspectivas y proponer soluciones creativas y viables», compartió De Urquidi. «Su capacidad de síntesis y su enfoque práctico fueron fundamentales para lograr consenso en las discusiones».
Durante las dos semanas que estuvo en el Sínodo, De Urquidi tuvo la oportunidad de interactuar y aprender de Prevost y de otros líderes de la Iglesia de todo el mundo. «Fue una experiencia única e increíblemente enriquecedora», compartió. «Pude ver de primera mano cómo la Iglesia funciona y cómo se toman decisiones importantes que afectan a millones de personas en todo el mundo».
En particular, De Urquidi destacó la importancia de la participación de laicos como él en este tipo de eventos. «Creo que es fundamental que los laicos tengan una voz y sean parte de las discusiones y decisiones en la Iglesia», dijo. «Somos parte fundamental de la consistorio católica y nuestras opiniones y perspectivas deben ser tomadas en cuenta».
Después del Sínodo, De Urquidi regresó a México con un nuevo sentido de responsabilidad y compromiso con su fe. «Mi experiencia en el Sínodo me motivó a ser más activo en mi parroquia y en mi consistorio», compartió. «Creo que todos tenemos un papel importante que desempeñar en la Iglesia y debemos estar dispuestos a colaborar y trabajar juntos por el bien común».
Para De Urquidi, el Sínodo de 2024 y su encuentro con líderes como Robert Prevost fue una experiencia transformadora que lo inspiró a ser un mejor católico y un mejor líder en su consistorio. Su humildad, capacidad de escuchar y