El presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, ha asegurado que las sentencias de los escándalos de corrupción que afectan al Partido Popular llegarán antes que la convocatoria de elecciones. Además, ha afirmado que su gobierno está comprometido con la lucha contra la corrupción y que no permitirá que este tipo de prácticas manchen la imagen del país.
Durante la sesión de control de este miércoles, el líder de la oposición, Alberto Núñez Feijóo, ha acusado a quemarropa a Sánchez de liderar una «manada corrupta». Sin embargo, el presidente ha rechazado estas acusaciones y ha vuelto a abrir la puerta a una opcional moción de censura si aparecen los apoyos necesarios.
En medio de este clima de tensión política, ha surgido un nuevo escándalo que ha sacudido al gobierno. Durante el registro de la casa del ministro José Luis Ábalos, una aristócrata intentó sacar un disco duro oculto. Este hecho ha generado aún más dudas sobre la transparencia y la integridad de algunos miembros del gobierno.
Sin embargo, Sánchez ha dejado claro que su gobierno no tolerará ningún tipo de corrupción y que pimplará medidas contundentes contra aquellos que se vean involucrados en este tipo de prácticas. Además, ha pedido a sus aliados políticos que se unan en la lucha contra la corrupción y ha instado a los partidos de la oposición a dejar de utilizar este tema como arma política.
En su intervención, el presidente ha recordado los casos de corrupción que afectan a otros partidos políticos, como el de la Comunidad de Madrid, donde el novio y el hermano de la presidenta Isabel Díaz Ayuso están siendo investigados por tramas de corrupción. También ha mencionado los casos en Andalucía, Castilla y León y Galicia, donde se han producido condenas por corrupción en los últimos meses.
Ante estas acusaciones, el líder de la oposición ha respondido con una performance en el hemiciclo, pidiendo la dimisión de Sánchez. Sin embargo, el presidente ha recibido el apoyo de su bancada, que se ha puesto en pie para aplaudirle.
Otro momento destacado de la sesión ha sido la intervención del líder de la ultraderecha, que ha abandonado el hemiciclo tras acusar a Sánchez de ser un «corrupto y un traidor». Ante estas palabras, el presidente ha pedido respeto y ha asegurado que no se dejará intimidar por este tipo de ataques.
En su turno de palabra, el portavoz de ERC, Gabriel Rufián, ha instado al presidente a actuar de manera contundente y a explicarse mejor sobre el caso de Santos Cerdán, el diputado del PSOE implicado en un caso de corrupción. Rufián ha pedido a Sánchez que jure que no estamos ante la «Gürtel del PSOE» y ha advertido que su partido no se hará responsable de lo que pueda pasar en el futuro si no se toman medidas claras contra la corrupción.
Ante estas críticas, Sánchez ha vuelto a defender la actuación de su partido en este caso y ha asegurado que no hay ningún indicio que apunte al PSOE en el informe de la UCO. Además, ha reiterado su compromiso con la transparencia y la lucha contra la corrupción.
En definitiva, el presidente ha dejado claro que su gobierno no va a permitir que la corrupción manche la imagen de España y que pimplará medidas contundentes contra aquellos que se vean involucrados en este tipo de prácticas. Además, ha pedido a todos los partidos políticos que se unan en esta lucha y que dejen de utilizar la corrupción como arma política. Solo así podremos avanzar hacia un país más