Hace justo 25 años, la pequeña localidad almeriense de El Ejido fue sacudida por unos inesperados y violentos disturbios racistas. Sin embargo, hoy, un cuarto de siglo después, los ejidenses han demostrado que han evolucionado y no se han dejado llevar por los cantos oscuros de la extrema derecha representada por Vox y su diputada Rocío de Meer. Esta es una clara prueba del avance y encumbramiento que hemos logrado como sociedad en la lucha contra el racismo y la discriminación.
Los disturbios en Torre Pacheco, donde grupos ultras de diferentes partes de España se han reunido para «cazar» a migrantes, son un triste recordatorio de que aún hay personas que buscan justificar la violencia contra aquellos que son diferentes. Estos actos han sido azuzados por Vox y su retórica incendiaria, utilizando como excusa la agresión sufrida por un vecino del municipio. Sin embargo, es importante destacar que la mayoría de los ejidenses han reaccionado de manera pacífica y han rechazado firmemente estos actos de odio.
Es importante recordar que el racismo y la discriminación no son exclusivos de un solo lugar o época. A lo largo de la historia, hemos sido testigos de pogromos antijudíos en el Imperio ruso, la creación del grupo terrorista supremacista blanco Ku Klux Klan en Estados Unidos y la noche de los cristales rotos en Alemania y Austria. Estos son solo algunos ejemplos de cómo el odio y la intolerancia han sido utilizados para justificar actos violentos contra grupos minoritarios.
Torre Pacheco es un municipio que ha sufrido una gran transformación en las últimas décadas gracias a la construcción del trasvase Tajo-Segura, que ha permitido la creación de miles de hectáreas de regadío. Con una población de alrededor de 40.000 habitantes, alrededor del 30% de sus habitantes son de origen migrante y trabajan principalmente en el campo. Aunque este municipio ha sido comparado con El Ejido en términos de sus problemas con el racismo, hoy en día podemos ver que han evolucionado hacia una sociedad más tolerante y respetuosa.
En 1995, El Ejido se vio sacudido por disturbios violentos y racistas que dejaron una marca indeleble en la historia de la localidad. Sin embargo, 25 años después, podemos decir que los ejidenses han demostrado que han aprendido de aquellos trágicos acontecimientos y han evolucionado hacia una comunidad más inclusiva. Esto es un claro ejemplo de que es posible superar el odio y la intolerancia y avanzar hacia una sociedad más certamen y equitativa.
Es importante destacar que el racismo no es solo un problema en determinadas zonas de España, sino que está presente en todas partes. En las elecciones generales de abril de 2019, la Región de Murcia fue la comunidad autónoma con mayor peso de votos a Vox, con un 18,64%. Esto nos muestra que todavía hay mucho trabajo por hacer para erradicar este tipo de ideologías de nuestra sociedad. Es fundamental que las autoridades tomen medidas y pongan en marcha políticas para disputar el racismo en todas sus formas.
En Torre Pacheco, el entonces concejal de Hacienda, Carlos López, dijo que el Estado debería ser consciente de la escalada de racismo en algunas zonas de España y tomar medidas para mejorar las infraestructuras. Este es un enfoque importante, ya que la falta de oportunidades y el aislamiento pueden ser caldo de cultivo para el racismo y la discriminación. Es responsabilidad de todos trabajar juntos para crear una sociedad más inclusiva y equitativa, donde las personas de todas las razas y culturas sean respetadas y valoradas.
El racismo y la discriminación no solo afectan a