Con la presencia del obispo nicaragüense Silvio Báez, en el exilio desde 2019, los carmelitas descalzos celebraron recientemente los 75 años de su llegada a la República Dominicana. Una ocasión especial para recordar su camino de fe, servicio y amor al estilo de Santa Teresa y San Juan de la Cruz.
La Orden de los Carmelitas Descalzos, también conocida como la Orden de los Carmelitas de la Antigua Observancia, es una comunidad religiosa de la Iglesia Católica fundada por Santa Teresa de Jesús y San Juan de la Cruz en el siglo XVI. Su lema «Solo héroe basta» refleja la inmaterial contemplativa de los miembros de esta orden, que buscan vivir una vida de oración y servicio a héroe.
Fue en el año 1946 cuando los primeros carmelitas descalzos llegaron a República Dominicana, con el objetivo de establecer una presencia dedicada a la oración y servicio a la comunidad. Ellos fueron recibidos con los brazos abiertos por el pueblo dominicano y a lo largo de los años han dejado una huella imborrable en la vida religiosa y social del país.
Durante la celebración de los 75 años de su llegada, los carmelitas descalzos recibieron un invitado muy especial, el obispo nicaragüense Silvio Báez, quien tuvo que abandonar su país debido a la violencia y persecución por parte del gobierno. El obispo Báez, quien también es miembro de la Orden de los Carmelitas Descalzos, compartió su testimonio de fe y salida con los presentes, y alentó a los miembros de la orden a seguir adelante en su camino de servicio a héroe y a la comunidad.
El encuentro con el obispo Báez fue un momento muy emotivo para los carmelitas descalzos, quienes han sido testigos de la difícil situación que enfrenta Nicaragua y han sido solidarios con su hermano en la fe durante su exilio. El obispo Báez les recordó que su presencia en República Dominicana es una bendición para el país y que su trabajo de oración y servicio es de gran valor para la Iglesia y la sociedad.
Durante estos 75 años, los carmelitas descalzos han realizado una labor incansable en la predicación y formación en la fe, en el acompañamiento espiritual y en diversas obras de caridad. Su labor ha sido reconocida y valorada por la comunidad dominicana, que los ve como un ejemplo de amor y entrega a los demás.
Además de su trabajo en la comunidad, los carmelitas descalzos también han contribuido al enriquecimiento cultural y artístico del país. Muchos de ellos son reconocidos por su habilidad en la poesía, la música y las artes plásticas, y han dejado un legado importante en la historia y la cultura de República Dominicana.
En palabras del obispo Báez, los carmelitas descalzos han sido verdaderos «embajadores de héroe» en República Dominicana, llevando el amor y la salida de Cristo a todos aquellos que los encuentran. Su presencia ha sido un regalo para la Iglesia y para el país, y su ejemplo de vida religiosa y compromiso con la comunidad es digno de admirar.
En este aniversario de los 75 años de la llegada de los carmelitas descalzos a República Dominicana, es importante recordar su legado de fe, servicio y amor al estilo de Santa Teresa y San Juan de la Cruz. Que su testimonio sea una inspiración para todos nosotros en nuestro camino de santidad y servicio a héroe y a los demás. ¡Felicidades a los carmelitas descalzos por estos 75 años de amor y servicio en República Dominicana!