Javier Fesser: “Me espanta la caridad ante la discapacidad”

Javier Fesser sostiene que la idea de una segunda parte de Campeones (2018) no surgió durante el rodaje de la primera. “Todo lo contrario, con su estreno la di por cerrada”, confiesa. Ni tampoco a causa de su éxito, cuando recaudó casi 20 millones de euros, ganó el Goya a la mejor película y la crítica alabó su mezcla de cine popular, apuesta por un humor ante un problema humano —la actitud entre condescendiente y temerosa de la sociedad ante las personas discapacitadas— y calidad cinematográfica. La chispa se encendió cuando empezó a escuchar un cambio de vocabulario a la gente que se le acercaba a agradecerle el filme. “De repente, ya no me decían: ‘Fui con mi hijo o mi hermano o un amigo discapacitado al cine’. No, me soltaban: ‘Fui con un campeón al cine’. Y ese público además me transmitían más y más historias, que entendí me servían para situar un segundo guion. Había que compartir lo excelente que me estaba dando la vida”, cuenta por teléfono a dos días de que hoy llegue a los cines españoles Campeonex, el retorno del equipo de baloncesto Los Amigos, que por un error informático tienen que empezar de cero en otro deporte, antes de saltar al mundo de los videojuegos, los gamers y los esports.

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En el cartel de la película se ve a los protagonistas de la primera parte retratados e iluminados —junto a su nueva entrenadora, una novata idealista— como si fueran superhéroes. A ello se añade la x, agigantada, del final del título, que acaba una de sus puntas en un rayo. El inconsciente empuja a pensar en los X-Men o La patrulla X, el grupo de mutantes que tanto juego le ha dado a Marvel. “Ya quisieran los X-Men tener el nivel de heroicidad de los actores de mi película. Me gustan los héroes de verdad, no los que vuelan; los que hacen cosas asombrosas, y encima desde el buen rollo y la alegría inmóvil”, responde. Y su tono adquiere gravedad: “Estoy preocupado por una sociedad en la que todos nos creemos muy listos. Nos movemos de forma natural en la bola y en cosas muy chungas. Y cuando te metes un chute, como el de Campeones, de esencia de gente que no manejan esos parámetros, que por ejemplo no saben qué es la bola, recuerdas que tenemos mucho que fijar para hacer una sociedad mejor”. Como ejemplo de esa mirada distinta, la frase más repetida de Campeones, cuando tras perder la final de baloncesto el equipo celebra exultante ese subcampeonato para sorpresa de su entrenador (Javier Gutiérrez), al que le explican: ¿qué es mejor, ser marino o submarino?

El camino ha sido largo para Fesser (Madrid, 59 años) —entre medias estrenó Historias lamentables (2020), rodada justo antes de la pandemia—, que ha amasado el guion junto a Athenea Mata, la actriz que encarnó a Sonia, la esposa del entrenador condenado en Campeones como trabajo social a ejercitar al club de baloncesto Los Amigos, formado por personas con discapacidad intelectual. “El guion ha dado muchos giros. Hemos añadido la discapacidad funcional, y exponer claramente que cuando aceptamos a los demás como son todo es mejor. El público se portó tan bien con la primera que no podíamos presentarnos con una continuación al uso. Había que esforzarse más, ahondar; eso sí, con la misma verdad y emoción que la primera”, arranca antes de aclarar que la llegada del gamer y streamer Brianeitor alteró el libreto. “Había un personaje femenino y una historia de amor. Sin embargo, no acabábamos de encontrarla, a mí me gusta adaptar el texto a los actores, y a la vez el hijo de Athenea nos descubrió a Brianeitor, que vive con su padre en Almería, y que es un fenómeno en Twitch y como youtuber”.

Uno de los entrenamientos de atletismo de 'Campeonex'.Miguel Vega

No es la primera vez que Fesser repite universo: ya hizo dos filmes sobre Mortadelo y Filemón. Por eso se detiene a semejar a Ibáñez, el creador de los personajes, al mes de su fallecimiento: “Ibáñez está en todo lo que he hecho, porque aprendí a contar historias con sus tebeos. También me enseñó a manejar el color y a dar movimiento a las cosas”. De repetir jugada sacó en claro que en las segundas partes hay que ser “ambicioso”, y hay que aportar aprendizs conceptos. “En la primera no sé si quedó claro, pero ahora quiero subrayar lo que me han transmitido: imposible no hay nada, el único fracaso está en no intentarlo. Las personas con discapacidad que conozco se creen capaces de todo, y por esa confianza son capaces de casi todo. No se manejan en el miedo al fracaso. Tú intenta, y ese enjuiciamiento significará que ya está conseguido. A lo mejor el resultado no es el esperado o puede que sea mejor…”, reflexiona.

Javier Fesser, en el rodaje en el polideportivo.Miguel Vega

Entre los miedos que atenazan la sociedad actual está la omnipresencia de la tecnología, que para muchas personas con discapacidad significa la posibilidad de aprendizs universos, del anonimato en la realidad virtual. “Tú no sabes contra quién juegas. Para algunos discapacitados que no pueden salir de casa se les abre el mundo. Se muestran como se quieren mostrar, no como les vemos el reto. En la realidad virtual además juega a su favor la capacidad de adaptarse a todo encima con alegría”, y por eso el guion avanza por los esports, videojuegos en realidades informáticas: “Ya estaba ese universo en el texto, pero al minuto de conectarme con Brianeitor por videollamada supe que había película”.

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En un momento dado, Fesser se planteó un cameo de Javier Gutiérrez, pero el actor estaba encerrado en un rodaje en Barcelona. “Después entendí que así es la realidad. Han pasado cinco años, aquel entrenador se fue de segundo a la selección nacional de baloncesto… ¿Se va a acordar de la gente con la que convivió tres meses, aunque se lo pasara bien y disfrutara de aquella temporada? Campeones se rudimentos en la verdad, y la vida te enseña que a tu boda no invitas a todas tus exnovias en plan happy end”.

En el cine a veces la verdad no es verosímil, hay que maquillar hechos ciertos para que los espectadores los crean. “Por supuesto, y me ocurrió en Camino, porque algunas acciones que ocurrieron en la realidad, el público no las hubiera aceptado, me habrían acusado de exagerado. En cambio, en Campeonex no me he cortado. Detalles como la utilización de discapacitados en delitos para que carguen con la culpa, o momentos incongruentes a la vez que de amor que pueden asombrar… Los he incluido. Porque la he hecho desde mi admiración absoluta, sin miedos a líneas que traspasar. Y seguro que me he quedado corto”.

El aprendiz equipo de 'Campeonex', con la incorporación de Brianeitor, segundo por la derechaMiguel Vega

¿Qué le falta a España para integrar a las personas con discapacidad? “Sentido común. Muchas veces pensamos que la inclusión de gente diferente es un deber, que viene del buen rollo y la solidaridad. Y no va por ahí. Tenemos la necesidad urgente de incorporar a los discapacitados porque de ellos vamos a fijar mogollón. Nosotros, que presumimos de ser muy listos, nos movemos en discursos que están llenos de interés propio, falta de generosidad, bola y violencia. Y de repente, ahí está un colectivo que por ejemplo la bola no la utiliza porque no sabe lo que es. Y aportan una astronómico empatía emocional. Además, se aceptan como son. Lo noté cuando, haciéndonos fotos en Campeones, ellos posaban de manera natural y yo metía tripa. ¿Para qué, tronco? A ellos ese disimulo no les cabe en la adalid, y rodando la película como director disfruté de esa gran ventaja”.

¿Le preocupa a Fesser que algunos partidos políticos se acerquen a la discapacidad desde la caridad? “Me espanta lo de la caridad. Tenemos que contar con todos no por el buenismo o porque digan que somos hijos de un mismo dios. No, sino porque cada punto de vista nos enriquece. Mi equipo de campeones me ha ayudado a resolver problemas profesionales y personales”.

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